miércoles, 9 de octubre de 2019

La Biblia y la Kábala Gnóstica y otros apuntes:


La Biblia y la Kábala Gnóstica y otros apuntes:

I
LA BIBLIA Y LA KÁBALA GNÓSTICA:

La Biblia es la última y la más reciente entre las obras ocultas de la antigüedad; más aún tal como se la explica en el Zohar o Midrash, el Yetzirah (Libro de la Creación) y el Comentario de los Diez Sephiroth (por Azariel ben Manachem, del siglo XII), o las Diez Esferas de Luz, que la hacen parte y porción de la Sabiduría Esotérica de la Raza Aria, Enseñanza Sagrada expuesta de la misma manera en los Vedas y demás libros alegóricos.

Por tanto, las Cosmogonías Aria y Semítica son dos hojas de la misma rama, estando sus respectivas personificaciones y personajes simbólicos en relación mutua, como sigue: Lo Incognoscible mencionado de varios modos en versículos del Rig Veda, tales como “Nada era”, llamado, más tarde, Parabrahman, o el Ain Soph de los kabalistas- y también el “Espíritu” (de Dios), que se mueve sobre la faz de las Aguas, en el Génesis. Todos estos términos son idénticos.

Los cuatro primeros capítulos del Génesis contienen la sinopsis del Pentateuco, y constituyen versiones varias de los mismos conceptos, en diferentes aplicaciones alegóricas y simbólicas, sin embargo estos mismos capítulos han sido mutados en el orden de sus versículos de manera deliberada, para fines monoteístas y kabalísticos.

En tiempos de Moisés se leía como sigue el Primer Versículo del Génesis: B’rash ithbara Elohim, cuya traducción es: “En la primitiva fuente [Mûlaprakriti, la Raíz sin Raíz], desarrollaron [o evolucionaron] los Dioses [Elohim], los Cielos y la Tierra”; esto significa claramente tres niveles de evolución, llevados a cabo en los TRES TRIÁNGULOS: En el Primer Triple Poder, despertaron los Dioses Santos del Nirvana, en el Segundo se ubican los Siete Cielos, es decir el Sistema Solar, o los Siete Planetas y en el Tercero, el Planeta Tierra, con sus Siete Rondas. [El Padre Nuestro señala: Hágase Señor tu voluntad así en la Tierra, como en los Cielos,….habla de la multiplicidad de cielos y no de uno solo].

Mientras que ahora, debido a los puntos masotéricos y a la influencia teológica, se ha transformado el versículo en B’rashith bara Elohim, que significa: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, cuya versión equivocada ha llevado al antropomorfismo y al dualismo, producto del Karma Mundial, debido a que los actuales seres humanos, hemos rechazado la Verdad, y preferimos la Materia o la ancha vía de los placeres mundanos.

Esta evolución de los Dioses, los Cielos y la Tierra, describe cada nuevo Manvantara, puede considerarse como una organización, la primera y la última de su especie, puesto que los Universos evolucionan cada vez en un plano más elevado, por lo tanto irrepetible, cada vez más perfectos.

La Kábala Gnóstica enseña la existencia de Cuatro Adanes diferentes, o la transformación de cuatro Adanes consecutivos, emanaciones del Hombre Celeste o Adán Kadmon original, que se representa con el TRIÁNGULO SUPREMO, y que es el Primer Adán; y se corresponde con la Mónada de Mayor Jerarquía del Colectivo, que en ese despertar de los Dioses Santos, simbólicamente reúne todas las coronas, unificándolas, siendo un Dios Multiforme, o sea la Unidad Múltiple Perfecta, que es Kéther, nuestro Padre muy amado.

Este Adán es el Prototipo del Segundo Adán que es séptuple en su constitución, y se corresponde con los SIETE SEPHIROTH INFERIORES, es decir con los Siete Logos Planetarios o Divinos constructores. El Tercer Adán simboliza a las Cuatro Rondas Planetarias Terrestres, abarcando a las Primeras Razas Andróginas de nuestra CUARTA RONDA PLANETARIA, que no cayeron y el Cuarto Adán es el Adán de Barro, luego de la caída edénica, es el Adán caído o como lo califica la Gnósis moderna: El Hombre Luciférico, o Animal Intelectual; el Ser Tri-Pasionario, cuyas pasiones son: La Codicia, la Ira, y la Lujuria, o los vicios del Intelecto, la Emoción y el Sexo.

La Creación Primaria es llamada la Creación de la Luz (Espíritu); y la Secundaria, la de las Tinieblas (Materia). Ambas encuéntranse en el Génesis. La primera es la emanación de los Dioses (Elohim) nacidos por sí mismos; la segunda la de la naturaleza física.

En el primer capítulo del Génesis, la palabra “Dios” significa los Elohim, o sean “Dioses” en plural y no un solo Dios. La traducción al singular es errónea. La Kabalah explica suficientemente que los Alhim o los Elohim son siete; -esto es siete colectivos- y que cada uno de ellos creó uno de los siete órdenes enumerados en el primer capítulo, correspondientes alegóricamente a las Siete Creaciones, que el Génesis cita en esos siete simbólicos días.

Para mayor prueba, de estas Siete Creaciones la frase: Y vio Dios que esto era bueno, está repetida siete veces, en los versículos 4, 10, 12, 18, 21, 25 y 31. Aunque los compiladores supongan arbitrariamente que el hombre fue creado en el sexto día, a “imagen de Dios y en desdoble de varón y hembra”, el ultimo colectivo de los siete Elohim, repiten por séptima vez la frase sacramental Y vio Dios que esto era bueno, haciendo así del hombre la Séptima Creación[1], en la que Dios se dice descansó, porque las Seis Primeras Creaciones o los Seis Primeros Días, son internos; se corresponden con seis pares de columnas, y el ultimo par se encuentra fuera del Templo, formando el Pórtico, y son las Jaquin-Boaz, del Templo Universal de Salomón, que son el Hombre y la Mujer caídos en la generación animal.

Entendemos también que estos Seis Pares de Columnas, representan las Doce Constelaciones Nirvánicas, y como el Sistema Solar es producto de una Concentración Nirvánica, lo que corresponde con la división en tres grupos de cuatro constelaciones, ubicados en tres niveles, de acuerdo con los Tres Elementos Principios de la Kábala, y que dan forma a la Consciencia de los Seres, sus Cuerpos y el Ambiente Externo, o el Fuego, Aire y Agua. 

La maldición de Jeremías contra aquellos Elohim (Dioses) que no habían creado los Cielos y la Tierra, muestra que había otros Elohim que lo habían hecho; y esta maldición significa que fueron obligados a reencarnar en los mundos materiales, que no fueron creados por ellos, en función del Karma, son pues aquella TERCERA PARTE DE LAS ESTRELLAS que cayeron según el Apocalipsis; en concurrencia de que Venus recibe tres veces más luz que la Tierra, a la que cede una tercera parte, vemos aquí la Ley del Tres, ya que es la Tercera Fuerza la que se reencarna en la materia, existiendo en ambas enseñanzas un paralelismo.

Por proyección y analogía, el paso del Tercer Sephiroth al Cuarto, en que el Tercero son las 12 Constelaciones Nirvánicas, y el Cuarto es Átman-Chesed, regido por Samael, en que Tauro simboliza esa bajada al ser un signo venusino, en cuya carta 12, vemos un hombre colgado hacia el precipicio, es el Arcano del Sacrificio, que es la Ley del Logos Solar, a través del cual el Espíritu se reencarna, para darnos vida a las criaturas inferiores; con lo que se ratifica que la Tercera Fuerza es Venus, no Mercurio, es decir las Tres Fuerzas Primarias serían: SOL-LUNA-VENUS, aunque Mercurio equilibre las obras entre la Luna y el Sol.

Si las Constelaciones son simbolizadas como Árboles Virginales, y los planetas por Serpientes; cuando decimos que en el Paraíso cada Flor tiene su serpiente nos referimos a lo mismo, que cada Árbol tiene su Serpiente; cuya primera pareja es Marte fecundando a la Virgen de Tauro, a través de los Rituales del Génesis, para darnos el Cuerpo Espiritual a la actual Humanidad, en la parte superior de la Primera Ronda Planetaria, en la que evolucionan las Mónadas, adquiriendo su primer Cuerpo, el del Intimo.  

Decimos que las estrellas en este caso de Tauro caen, al perder la pureza de su magnetismo superior o virginal al ser mezclado con el magnetismo inferior de la serpiente de los planetas, en este caso el marciano, que es la misma alegoría citada en que los Hijos de Dios se mezclaron con las hijas de los Hombres. A los Planetas se les entregan las constelaciones para su señorío, como sus casas o templos, en que ofician los Cosmocratores, son pues los verdaderos templos Layas.  

Es obvio que en la Primera Ronda Planetaria, que es de naturaleza mental, los espíritus reencarnantes tengan que ver con el Mundo Causal, es decir con Venus; lo cierto es que en la Tercera Raza Raíz de la Cuarta Ronda, se da la caída o sea la bajada de la Humanidad, a la esfera inferior de MALCHUTH; que es una réplica de lo sucedido entre la Tercera y Cuarta Ronda Planetaria Terrestre; porque siempre el tres es el que crea, hacia arriba o hacia abajo; como también se refleja en lo sucedido en el paso del Primer al Segundo Triángulo del Árbol de la Vida..

Véase el Génesis 7 y 19. En el versículo 7 se forma a Adán, y en el 19 se dice: “El Señor Dios formó de la tierra todos los animales del campo, y todas las aves del aire; y las presentó a Adam para ver cómo las quería llamar”. Así, pues, el hombre fue creado antes que los animales, pues los animales mencionados en el Cap. I son los signos del Zodíaco, mientras que el hombre  “macho y hembra” no es el hombre, sino la Hueste de los Sephiroth, los planetas, Fuerzas o Ángeles “hechos a su imagen y semejanza (de Dios).  El Adam hombre, es el Adán de Barro que recibió el soplo del aliento vital, que simboliza al Alma, llamado falso Espíritu por ser inferior a este; no es hecho a esta semejanza ni así se asegura en la  Biblia.

Al colocarles el nombre, a los animales o constelaciones, los Planetas obtienen el dominio de esas fuerzas superiores o más puras del Nirvana o del Zodiaco; cuya tercera parte son obligadas a encarnar en mundos inferiores, en este caso en nuestra morada planetaria terrestre, otra tercera parte organizará la Consciencia de los Seres y otra el Ambiente externo, así es como la Ley del Tres, define los roles, como fuerzas activas, pasivas y neutras a las estrellas.




II

LA SERPIENTE VENUSINA, NOS TIENTA PARA INICIARNOS EN LA  SABIDURÍA:

El TETRAGRAMMATON es la esencia misma del número siete, en su significado kabalista. El siete está formado por el tres y el cuatro, que es la base y el fundamento del TETRAGRAMMATON, de nuestro Mundo Físico, de sus Razas y del hombre, en el reino de Malkuth.

El TETRAGRAMMATON, proviene de las Tres Fuerzas Primarias del Primer Triángulo, el Padre (1), la Madre (2) y el Hijo (3), este último al nacer y ya fuera del vientre de la Madre es el mismo 4; el misterio consiste en que el 4 es el mismo 3 fuera del Triángulo, es la letra He que se repite, así tres letras, forman las cuatro; y esa He es la DOBLE MATRIZ, del 5+5=10, por eso decimos que es siempre la TERCERA FUERZA la que se reencarna; el 3 se materializa como 4, por lo tanto involuciona el Espíritu en la Materia, fecundado por Marte, es decir Átman-Chesed dotando de Cuerpos Espirituales a las Mónadas encarnantes del NUEVO MAHAVANTARA.

Es el ÁRBOL DE LA VIDA, formado en este caso por los Tres Triángulos, o sea los Nueve primeros Sephiroth, que cae y se transforma en el ÁRBOL DEL CONOCIMIENTO, ambos comparten sus raíces que al ser opuestos, uno mira hacia arriba y el otro hacia abajo; y que la COSMOGONÍA AZTECA los describe como los Nueve Señores de la Luz, al Árbol de la Vida y los Nueve Señores de la Obscuridad al Árbol del Conocimiento, este último significado en la Carta Doce, el Sacrificio, Arcano que es la CONSTELACIÓN DE TAURO.

Si Aries es el símbolo de la Cabeza, que en el ÁRBOL DE LA VIDA, es el Primer Triángulo, es decir las tres cámaras sagradas formadas por los DOS LÓBULOS CEREBRALES y el CEREBELO; no hay dudas que la Cabeza de Aries sale, se expresa o se manifiesta a través de la Palabra de Tauro. Aries es el símbolo del Pastor de Ovejas.

La INVOLUCIÓN DEL ESPÍRITU o sea la pérdida de su pureza original, está simbolizado en el derramamiento de sangre, en que Caín, que es la parte masculina de Eva, fecunda a Abel, la parte femenina de Adam, por esto la Mujer, representando la Naturaleza Material, es portadora en su simiente del Fuego Espiritual, y el Hombre representando la Naturaleza Espiritual, es portador en su simiente del Agua Material. La Serpiente masculina o activa de Eva, es la misma prostituta de la Carta Seis del Taroth, es ella la SERPIENTE LUCIFÉRICA o sea la Portadora de la Luz y a la que el Cristo libera cuando le dice “Por lo mucho que has amado, te perdono”.

Deseo, Arrepentimiento, Perdón y el Amor, son etapas de lo mismo, es decir la TRANSFORMACIÓN de la MATERIA en el ESPÍRITU.

Por esto decimos que la He es andrógina, la primera He es la mujer, pasiva arriba y la segunda He es su Serpiente que la vuelve activa abajo, símbolo del fuego que ella porta, que es la misma serpiente que nos tienta para iniciarnos en los Misterios, a través del Gran Arcano; la letra He es un puente entre lo interior y lo exterior, o mejor dijéramos una PUERTA, que al mirar hacia los dos lados, siempre es doble, equivalente a la Espada de Doble Filo; y es esa serpiente doble, la mujer velada o vestida y la mujer desvelada o desvestida de la Carta Seis del Tarot, pero es la segunda la que nos entrega aquel terrible secreto que nos abre las puertas de la eternidad: manifestado en la Biblia por aquellas formidables y simbólicas palabras de la serpiente:

I) NEQUAQUAN MORIEMINI,
II) SED ERITIS,
III) SICUT DII,
IV) SCIENTES BONUM ET MALUM.

En cambio la Virgen de la Carta Seis, simboliza inmovilidad espiritual, inercia, y hasta pereza, etc.

En el derramamiento de sangre, en que Caín mata a Abel, simboliza el rompimiento del Velo femenino, la perdida de la virginidad en que el Arcano Dos, que es la Madre que al ser fecundada pierde su velo y se transforma en el Arcano Tres, que es la Madre sin Velo; originándose las Tres Marías: Antes del Parto (2), durante el Parto es decir en la gestación (3) y después del Parto (4), esta última llamada también el Ánima Mundi.

Es esta la Vaca Sagrada, del Arcano Cuatro, o el ANIMA MUNDI, la verdadera misericordia universal y está conducida por el DHIANY BUDDHA, Samael, que es su intercesor.
Ahora el proceso de retorno al Espíritu, el Iniciado debe crear su Tetragrammaton de abajo, que son los Cuatro Cuerpos Solares Inferiores, que luego deben ser devorados por sus propias Serpientes; en forma de Extractos Anímicos; así es como retorna el Espíritu caído en la materia, y que es la materia misma, que regresa a su estado de pureza original.

Pero así como hubo violencia en la caída, cuando Caín mató a Abel, el Cielo se toma por asalto, es decir en forma violenta y no dudéis de derramar sangre para entrar en él dice la enseñanza.

III
TRADICIONES KABALISTAS

La Kabalah de los judíos es sólo un eco infiel de la Doctrina Secreta de los caldeos; ya que la verdadera Kabalah se halla en el Libro de los Números caldeo, que actualmente poseen algunos sufis persas.

Todos los pueblos de la antigüedad tuvieron sus peculiares tradiciones basadas en las mismas de la Sabiduría Secreta de los arios; y todos suponen que un Sabio de su raza recibió la primitiva revelación de un Ser divino, y por su mandato la expuso en las Escrituras sagradas. En el pueblo judío, sucedió lo propio que en los demás pueblos, es decir adaptaron a su historia e idiosincrasia social y psicológica de su Pueblo-Nación, las enseñanzas eternas .

En la Sabiduría Secreta, Adi es el nombre genérico de los primeros hombres, es decir, de las primeras razas, y de dicho nombre se deriva tal vez el de “Ad-am”, así que Adam rebela los Misterios de Adí.

Todos los pueblos dicen que a los primeros hombres, se les revelaron los divinos misterios de la creación. Así los sabeos (según una tradición conservada en las obras Sufis), dicen que cuando el “tercer gran hombre” salió del país adyacente a la India para Babel, le dieron un árbol, luego otro, y después otro, cuyas hojas contenían la historia de todas las razas.

El “tercer primer hombre” significa el que perteneció a la tercera raza raíz, y los sabeos también le llamaron Adam.

Los árabes del alto Egipto, y los musulmanes en general, tienen por tradición que el arcángel Azazel trae un mensaje de Dios para Adam doquiera que éste renace. Los sufis explican el significado de la tradición diciendo que cada Seli-Alah (“escogido de Dios”) recibe un libro de manos de los mensajeros; y benditos sean quienes lo reciban.

A todas las naciones, y no tan sólo a la judía, se refiere la leyenda narrada por los cabalistas, según la cual el ángel Raziel recuperó después de la caída de Adam el libro que antes de dicha caída le había dado (libro lleno de misterios, de signos y de acontecimientos que habían sido, eran o iban a ser); pero que más tarde, se lo devolvió por temor de que los hombres no pudieran aprovecharse de las sabias enseñanzas que contenía. Adán entregó, dicen, el libro a Seth, de quien pasó a Enoch, de éste a Abraham y así sucesivamente de mano en mano del más digno de cada generación.

IV
LA KABALA BÍBLICA:

Para poder comprender la forma matemática en que fuera escrita la Biblia, citemos un comentario de HPB, que aparece en la Doctrina Secreta: He aquí dos interpretaciones que dan dos sabios cabalistas y eruditos, de un mismo versículo del Éxodo. Moisés ruega al Señor que le muestre su “gloria”. Es evidente que no es la fraseología cruda de la letra muerta, tal como se encuentra en la Biblia, lo que hay que aceptar. En la Kabalah hay siete significados, de los cuales podemos exponer dos interpretados por los referidos eruditos. Uno de ellos traduce, a la par que explica:

“Tú no puedes ver Mi faz;... Yo te pondré en una grieta de la roca y te cubriré con Mi mano al pasar por tu lado. Y luego retiraré Mi mano y verás Mi a’hoor”, esto  es, Mi dorso.

“Mi dorso”, significa Mi Universo visible, Mis manifestaciones inferiores; pero, como hombre aún en la carne, no puedes ver Mi naturaleza invisible. Esta es una correcta explicación cosmo-metafísica.

Y ahora habla el otro kabalista, dando el significado numérico: Los números del nombre de “Moisés” son los de la frase “YO SOY LO QUE SOY”; de modo que los nombres de Moisés y Jehovah están en armonía numérica. La palabra Moisés es: 5 + 300 + 40, que sumados estos valores de sus letras, es 345; número que simboliza a Jehovah, el Genio por excelencia del Año Lunar, el rostro, toma el valor de 543 del nombre de Moisés, o sea el reverso de 345.

En el tercer capítulo del Éxodo, en los versículos 13 y 14, se dice: Y Moisés dijo...: Mira, yo vengo a los hijos de Israel y les diré: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; y ellos me dirán: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué debo decirles? Y Dios dijo a Moisés:

                                                               Yo soy lo que soy.

Las palabras hebreas de esta expresión son, ÂHIYÉ ASHER ÂHIYE; y el valor de las sumas de sus letras aparece así: 21, 501, 21; que sumadas nos dan el nombre de su Dios, 21+501+21=543, o sencillamente una aplicación de los números dígitos simples del nombre de Moisés, pero arreglados de tal suerte, que el número 345 está invertido y se lee 543.

De modo que cuando Moisés implora, “Déjame ver Tu faz o gloria”, el otro justa y verdaderamente replica: “Tú no puedes ver mi faz..., pero me verás por detrás”; siendo éste el verdadero sentido, aunque no las palabras precisas; pues el extremo y el detrás de 543 es la faz de 345.

Según añade el sabio kabalista: En otras aplicaciones de los números, se vieron mutuamente faz a faz. Es extraño que si añadimos 345 a 543, tenemos 888, que era el valor kabalístico gnóstico del nombre de Cristo, que era Jehoshua o Joshua, la Fuerza Conciliadora Universal. También la división de las 24 horas del día da tres ochos como cociente... El fin principal de todo este sistema de Comprobación de Números era conservar perpetuamente el valor exacto del Año Lunar, en la medida natural de los Días.

¿Cuántos más ejemplos semejantes se pueden encontrar en la Biblia que es la obra última y más reciente entre las ocultas de la antigüedad? A ningún filósofo esoterista le puede caber la duda de que la Biblia, tal como se explica en el Zohar o Midrash, el Yetzirah (Libro de la Creación) y el Comentario de los diez Sephiroth (por Azariel ben Manachem, del siglo XII), es parte y porción de la Sabiduría de los Arios, expuesta de la misma manera en los Vedas y demás libros alegóricos.

V
LA MASONERÍA OCULTA:

La Mazonería Esotérica gira alrededor del simbolismo del Templo Kabalístico de Salomón, prototipo de todos los Templos del Universo, cuya réplica debemos verla en cualquier ruina o mejor dijéramos reliquia de algún templo piramidal, como evidencia de alguna antigua Iniciación.

La Mazonería Esotérica se basa en la “muerte y resurrección de Hiram-Abiff, el “hijo de la viuda”; o el “Osiris” egipcio, muerto por Tifón, e Isis es la Viuda, que lo resucita.

13 Y envió el rey Salomón, e hizo venir de Tiro a Hiram. 14 Hijo de una viuda de la tribu de Nephtalí, y su padre había sido de Tiro: trabajaba él en bronce, lleno de sabiduría y de inteligencia y saber en toda obra de metal. Este pues vino al rey Salomón, e hizo toda su obra.

El piso bicolor, formado por piedras cuadradas Blancas y Negras, símbolo de las dos corrientes universales, la Solar y la Lunar o sea la Luz y las Tinieblas eternas, del ARCANO SEIS, o la Estrella Macro-cósmica. Cada Piedra sagrada representa un número, los impares son las blancas y las pares las negras, colores que forman una Cruz que divide el piso del templo en cuatro cuadrantes; en cada esquina uno de los CUATRO ANIMALES SAGRADOS: El Águila (Aire), el León (Fuego), el Hombre (Agua) y el Toro (Tierra), que forman la Sagrada Esfinge.

En el piso cruciforme debemos colocar la Estrella de Salomón, cuyo triángulo superior representa los dos Elementos Superiores el Fuego y el Aire, hacia el lado del Altar y en el triángulo inferior, el Agua y la Tierra, o Elementos Inferiores, hacia el lado de la Puerta de entrada al Templo.

Los Dos Elementos Superiores simbolizan los cuerpos de Átman y Buddhi, o el Espíritu y la Consciencia, y los Dos Elementos Inferiores al Cuerpo Físico y al Etérico; es decir Espíritu y Materia y entre ellos al Alma, como híbrido que es, formada por ambas energías; compuesta por el Cuerpo Astral, el Cuerpo Mental y el Cuerpo Causal, llamada también Falso Espíritu.
Que en el Ajedrez Esotérico los dos Cuerpos Superiores, son el Rey y la Reyna Blanca, en oposición el Rey y la Reyna Negra, que son el Cuerpo Físico y el Vital; el Caballo, la Torre y el Alfil, son los cuerpos intermedios que forman el Alma: Astral, Mental y Causal, de la Liturgia del Ajedrez, que es la lucha entre las escuadras de Osiris y las de Tifón. Las Piezas del Ajedrez se mueven formando las Runas.

No hay dudas que el ejercicio de Géminis, hecho para equilibrar los Siete Cuerpos, simboliza la Estrella de Salomón Solar [con el Triángulo superior Azul Cielo y el inferior Rojo], la que colocada horizontalmente es la estrella de colores opuestos; ambas son la Corona del Rey y la Corona de la Reyna, cuyos movimientos en el ajedrez simulan una Runa Hagal Vertical regida por Sagitario y la otra horizontal, es el Ejercicio de Géminis; que viene a ser el símbolo de la Runa Hagal Horizontal o femenina, la anterior es positiva.

VI
LA TEURGIA DE LA ESCUELA GNÓSTICA NEOPLATÓNICA DE ALEJANDRÍA:

La Teúrgia práctica, en sus principales aplicaciones al estudio detenido de los misterios cósmicos, sidéreos, físicos y espirituales, cuya clave fundamental fue y es todavía lo que los neoplatónicos griegos llamaron “TEOFANÍA”.

En su significado más general es la “comunicación entre los Dioses, y aquellos iniciados espiritualmente capaces de semejante interloquio”. Pero esotéricamente significa mucho más, pues no es tan sólo la presencia de nuestro Dios Interior, sino la actual, aunque temporánea, encarnación, la aleación, por decirlo así, del Ser supremo, de la Deidad personal, con el hombre, su representante o agente en la tierra. En otras palabras la TEURGIA se inicia mediante invocación de las distintas partes del SER INTERNO, para de a poco irlas encarnado dentro de nosotros mismos, y que en su conjunto forman el ÍNTIMO.

Por ley general, el Dios Supremo, la Súper-Alma (Átma-Buddhi) del Ser Humano, tan sólo lo cobija durante la vida mortal, con objeto de darle revelaciones y enseñanzas, siendo lo que los católicos llaman “ÁNGEL DE LA GUARDA” que “a nuestro lado nos vigila”; pero en el caso del MISTERIO TEOFÁNICO, ésta Súper-Alma encarna plenamente en el Teúrgo para realizar alguna revelación.

Cuando la encarnación es temporánea, dura muy poco tan sublime estado, que se llama “éxtasis” definido por Plotino como “la liberación de la mente de su conciencia finita, para identificarse con lo Infinito"” El Alma Humana, brote y emanación de su Dios, realiza en tal estado la unión de "Padre y el Hijo" y la “divina fuente fluye como un torrente por su humano cauce"”.

Sin embargo, en casos excepcionales, el misterio es completo; el Verbo se hace realmente carne y el individuo llega a ser divino en toda la acepción de la palabra, puesto que su Dios personal toma vitalicio tabernáculo en su cuerpo, el “TEMPLO DE DIOS”, como San Pablo dijo.

Por Dios personal del hombre se entiende aquí no sólo su séptimo principio, que, per se, y en esencia, es meramente un rayo del infinito océano de Luz. Atma y Buddhi (los dos Principios más elevados) no son una dualidad, pues Atma emana indivisiblemente del Absoluto.

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Para llegar a la Teúrgia hay que ser primero, Alquimista, y es imposible ser alquimista sin una mujer. Luego de ser alquimista se es Mago, pero nadie puede ser Mago, sin ser Médico.

Estas dos últimas cualidades, resultan ser el Sol y Mercurio, o sea la Constelación de Leo y el Planeta Mercurio de la Runa Fa, que es la letra F, del acróstico AZF; que son la A y la Z, como la primera y la última letras de nuestro alfabeto, es decir el Primero y la Séptimo día que son los mismos, ya que el ultimo es igual al primero, más la experiencia del siclo, y esta experiencia es la síntesis de los seis días intermedios, que son la letra F, que escrita horizontalmente, equivale a los seis cuadrados de la Piedra Cúbica o Piedra Altar.



La TEÚRGIA o Magia Divina, se basa en el hecho de que todo hombre tiene en los Cielos su contraparte inmortal, o mejor dicho, su arquetipo o su Testigo Fiel, y que durante el ciclo de renacimientos este  se encuentra indisolublemente unido a la parte mortal en cada una de sus encarnaciones; lo que se verifica por medio del principio espiritual enteramente distinto del Yo Psicológico Pluralizado; personificado en el GUARDIÁN DEL UMBRAL, ni tampoco por medio de la HUMANA PERSONALIDAD TERRESTRE; algunas faltas de vínculos espirituales, llegan hasta a romper esta unión.

La TEURGIA, es una práctica fundamental dentro de la Iglesia Gnóstica, y el Cristo le dijo a Pedro: "Tú eres Pedro (que quiere decir Piedra) y sobre esa Piedra, edificaré mi Iglesia"; y "sobre la Piedra", quiere decir, sobre el Íntimo. La TEÚRGIA refuerza los vínculos espirituales de los Siete Cuerpos Internos, fijándolos firmemente en el ÍNTIMO.

“Jámblico, el gran teúrgo dice: "La Teúrgia nos une más fuertemente con la divina naturaleza; esta naturaleza se engendra por sí misma, actúa por medio de sus propios poderes, es inteligente y lo mantiene todo; es el ornamento del Universo y nos invita a la inteligente verdad, a la perfección, y a compartir la perfección con los demás. Tan íntimamente nos une a todos los actos creadores de los Dioses, en proporción a la capacidad de cada cual, que luego de cumplir los sagrados ritos se consólida el alma en las acciones de inteligencia de los Dioses hasta que se identifica con ellas y es absorbida por la primieval y divina esencia; tal es el objeto de las sagradas iniciaciones de los egipcios". (La Gran Rebelión, por Samael Aun Weor, Cap. 3; Magia Blanca y Magia Negra).

Jámblico invocaba y materializaba a los dioses planetarios.

Como con enigmático estilo dice Paracelso, el hombre con sus tres espíritus (combinados), pende a manera de feto por los tres de la matriz del Macrocosmos; es decir los Tres Testigos de arriba con los Tres Testigos de abajo; y el cordón que lo mantiene unido es el “Alma-Hilo”, “Sûtrâtmâ, y Taijasa (el “Brillante”) de los vedantinos,

Por medio de este principio espiritual e intelectual, está unido el hombre a su Arquetipo Celeste; nunca por medio del Yo Pluralizado, contenido en los Cuerpos Lunares, que se desintegran y desvanecen, en la mayor parte de los casos, sin quedar nada, luego de cada RETORNO a una nueva matriz.

La Divina Teúrgia enseña el modo de realizar esta unión. Pero sólo las acciones y personales merecimientos del hombre pueden producirla sobre la Tierra o determinar su duración, eso significa vivir una vida recta, dentro de la Ética Solar, cuya Ley Suprema es el Sacrificio; y solo por y para el servicio a la Humanidad es dable tamaña empresa.

Ésta dura desde unos segundos, un relámpago, o muchas horas. En este intervalo, el Teúrgo o Teófano, es ese mismo “Dios” protector, dotado durante ese tiempo, por lo tanto, de relativa Omniscencia y Omnipotencia. En adeptos tan perfectos y divinos como Buddha, Samael Aun Weor, y otros, esta Condición Avatárica, que es una condición de integración de sus TRES FUERZAS PRIMARIAS, en sus Siete Niveles es decir de sus Siete Cuerpos Internos; puede durar toda la vida; mientras que en los iniciados completos que no alcanzaron todavía el perfecto estado de liberación, la revelación o inspiración de su Ser Divino, cuando está en pleno influjo, se reduce al completo recuerdo de todo lo visto, oído y sentido por el Adepto elevado.

Aquellos menos perfectos consiguen tan sólo parcial e indistinta memoria; y el principiante, en el primer período de sus experiencias psíquicas, tiene que afrontar al pronto una mera confusión, seguida de un rápido y completo olvido de los misterios percibidos durante su estado Supra-Consciencia.

Al volver a la condición de vigilia física, el grado de recuerdo depende de su purificación psíquica y espiritual; pues el mayor enemigo de la memoria superior es el cerebro físico, el órgano de la naturaleza sensual y afectiva del hombre.

Hemos descrito los estados superiores para mejor comprensión de las palabras empleadas en esta obra. Hay tantas y tan varias condiciones y estados, que aun los videntes se exponen a confundirlos unos con otros. Repetiremos que la arcaica palabra griega “teofanía”, tuvo más amplio significado para los neoplatónicos. Esta palabra compuesta no quiere decir “aparición de Dios al hombre” como de su etimología se infiere en forma absurda; sino la presencia real de Dios en el hombre, o sea la encarnación divina.

Se habían extinguido los misterios eleusinos. Sin embargo, legaron ellos sus principales características a la escuela neoplatónica de Amonio Saccas, cuyo sistema ecléctico estaba caracterizado por la teurgia y el éxtasis.

Jámblico añadió la doctrina egipcia de la teurgia con sus prácticas; y el judío el judío Malek, que tomó el nombre de Porfirio al convertirse, combatió la teurgia apoyado en viejas tradiciones. Pero hubo otros instructores como Plotino, Jámblico y Proclo, que la practicaron y sus místicos, con pocas excepciones, practicaron el ascetismo y la contemplación, y se sometían a disciplina tan rigurosa como la de los devotos hindúes. Proclo "“resumió en un sistema completo, la Teosofía y Teúrgia de sus predecesores"”.

Sus esfuerzos no tenían por objeto lograr éxito en las PRÁCTICAS DE TAUMATURGIA, nigromancia o hechicería de que hoy se les acusa, sino desenvolver las facultades superiores del hombre interno o del Ser Espiritual, La Escuela sostenía que un cierto número de espíritus, moradores en esferas completamente independientes de la tierra y del ciclo humano, eran mediadores entre los “dioses” y los hombres, y entre el hombre y el Alma suprema.

Ahora debemos comprender que estas invocaciones se refieren a las distintas PARTES DEL SER; porque nuestro Ser es también una UNIDAD MULTIPLE PERFECTA.

Para decirlo llanamente, el alma humana, con la ayuda de los espíritus planetarios, llegaba a ser “RECIPIENTE DEL ALMA DEL MUNDO”, como dice Emerson. Apolonio de Tyana demostró estar en posesión de semejante facultad.

Ahora debemos recordar que el ANIMA MUNDI es el mismo ATMAN-CHESED, o el CUARTO SEPHIROTH o el ARCANO CUATRO de la Kábala Gnóstica, cuyo rector espiritual es el mismo SAMAEL, el Logos de Marte. 

Y fueron trabajos de Teúrgia, fundamentales para lograr la Gran Revolución de Bel Cebú:

“…hice unos experimentos de Teúrgia que fueron realmente decisivos.
“Proyecté para Bel, sobre el escenario cósmico, algunas escenas de los Archivos Akáshicos.”
“Allí aparecían aquellas primitivas épocas del período de Saturno, cuando aún Belcebú era un hombre bueno y sencillo, cuando todavía no había cogido vicios, cuando aún no era amigo de lupanares ni tabernas. Aquellas escenas se deslizaban todas en sucesivo orden, y Belcebú las contemplaba silencioso. Luego aparecieron las tabernas y las Fiestecitas y las noches de vela, y vinieron los lupanares y la orgía.”
“Belcebú lleno de terrible emoción interna, contemplaba aquellas antiquísimas escenas y recordaba sus errores. Estaba en presencia de las primitivas causas que lo habían conducido a su actual estado.”
“Una verdadera revolución de Bel estaba en actividad.” (Revolución de Bel, por Samael Aun Weor, Cap. 17, Bel y su Revolución).

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En la ESCUELA GNÓSTICA NEOPLATÓNICA DE ALEJANDRÍA, fundada por Amonio Saccas, se enseñaba Teúrgia y Magia Práctica, como las había enseñado Pitágoras y otros antes de él; pues, según dice Proclo, de las doctrinas de Orfeo, natural de la India y emigrado a Grecia, se derivaron todos los sistemas posteriores.

Pitágoras aprendió en los MISTERIOS ÓRFICOS lo que Orfeo enseñaba bajo alegorías ocultas; y Platón tuvo perfecto conocimiento de todo ello gracias a los escritos de Orfeo y Pitágoras.

Los filaleteos se clasificaban en neófitos e iniciados; y el sistema ecléctico estaba basado en tres principios fundamentales de puro carácter vedantino, a saber: una Esencia suprema, única y universal; la eternidad e indivisibilidad del humano espíritu; y la teurgia, que es el empleo de los mantrams. Según hemos visto, tenían los filaleteos enseñanzas secretas o esotéricas como las demás escuelas místicas; y del mismo modo que los iniciados en los misterios, juraban guardar sigilo acerca de los dogmas ocultos, con la única diferencia de que entre los iniciados en los misterios, eran más terribles las penas impuestas al perjuro. Esta prohibición subsiste todavía no sólo en la India, sino entre los cabalistas judíos de Asia.

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Cuantos conocen la Filosofía Neoplatónica, saben que sus principales representantes, como Plotino y especialmente Porfirio, combatieron la teúrgia fenoménica. Pero Jámblico el autor de De Mysteriis, va más allá y explica el verdadero concepto de la palabra teúrgia, mostrándonos en ella la Divina Ciencia del Râja Yoga: “La Magia, según Jámblico, es una divina, excelsa y sublime Ciencia, superior a toda otra. Es eficaz medicina para todos... No tiene su fuente en el cuerpo ni se limita a las pasiones del compuesto humano ni a su constitución; sino que todo se deriva por ella de nuestros dioses superiores, de nuestros divinos Egos, que como un hilo de plata se remontan desde nuestra chispa interna al primordial Fuego divino.”

La TEURGIA, o Magia Divina, cuando se combina con la Unción Gnóstica, se constituye en una especie de LITURGIA personal, una especie de sacerdocio íntimo; por lo que la Iglesia Católica en sus inicios la objetó, impulsando los ritos públicos, siendo los sacerdotes los únicos calificados para este oficio. Sobre esto el Maestro Samael, impulsó el ejercicio de la LITURGIA en las mismas casas, por lo que en igual forma la TEURGIA, debe ser desarrollada dentro de esa misma tendencia liberadora.
  
 Jámblico abomina de los fenómenos físicos que, según dice, “son producidos por malignos espíritus que engañan a los hombres (los fantasmas médiumnímicos), al paso que enaltece vehementemente la Teúrgia Divina, para cuyo ejercicio es indispensable ser “hombre de alma casta y acendrada moralidad”. La opuesta clase de magia es privativa de hombres impuros y egoístas, y nada tiene de divina. Los falsos profetas no hallaron jamás en sus comunicaciones nada que procediese de nuestros dioses superiores. Así, la Magia Blanca o teúrgia consiste en el conocimiento de nuestro Padre (Ser Superior), y la Magia Negra supone sujeción a la naturaleza inferior. La Teúrgia requiere santidad de alma que desecha y excluye toda cosa corporal; la Magia Negra es la profanación del Alma. La Teúrgia es la unión con los dioses (con el propio Dios interno), y fuente de todo bien; la Magia Negra es el comercio con el demonio, y si no les dominamos nos dominan hasta arrastrarnos poco a poco a la ruina moral (mediumnidad).”

En resumen: “La teúrgia nos une más fuertemente con la divina naturaleza. Esta naturaleza se engendra por sí misma, actúa por medio de sus propios poderes, es inteligente, y lo mantiene todo. Es el ornamento de Universo, y nos incita a la inteligible verdad, a la perfección y a compartir la perfección con los demás. Tan íntimamente nos une a todos los actos creadores de los dioses, en proporción a la capacidad de cada cuál, que luego de cumplir los sagrados ritos se consolida el alma en sus acciones e inteligencias [de los dioses], hasta que se identifica con ellas y es absorbida por la primordial y divina esencia. Tal es el objeto de las sagradas iniciaciones de los egipcios.

Después nos dice Jámblico cómo ha de realizarse la unión de nuestro Yo superior con el Alma Universal, es decir, con los dioses. Al efecto, habla él de Manteia, equivalente al Samâdhi, o éxtasis supremo. También habla del ensueño, que es visión divina cuando el hombre se transmuta nuevamente en Dios. Habla también de la obtención de poderes como: 1º  Discernimiento profético mediante el Ser Superior, que le revela las verdades del plano en que actúa; 2º  Éxtasis e iluminación; 3º  Acción en cuerpo astral, en cuerpo mental o por medio de la voluntad); 4º  Dominio sobre los demonios insensatos, inferiores. Todo esto requiere la purificación del ego o su eliminación; y así, según Jámblico, la Magia no es ni más ni menos que la iniciación en la Teúrgia.

Pero antes es preciso educar los sentidos y conocer el Yo humano, en relación con el Divino Ser. Hasta que el hombre no domina completamente este estudio, será incapaz de antropomorfizar lo “amorfo”, entendiendo por esta palabra los dioses superiores e inferiores, los seres mundanales y supramundanales, que los principiantes sólo pueden vislumbrar en sonidos y colores. Porque tan sólo los adeptos pueden ver a un “dios” en su verdadera y trascendental forma, de la que el discípulo (Chela) únicamente percibe el aura.

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Los kabalistas sostienen que el Libro de Job, es el más antiguo del canon hebreo y ciertamente anterior a Moisés; libro que habla de la hechura de “Arcturo, Orión y las Pléyades (Osh, Kesil y Kimah) y de las cámaras del Sur”; de Scorpion y el Mazaruth: los doce signos; palabras que, si algo significan, implican el conocimiento del Zodíaco hasta entre las tribus nómadas árabes. Se dice que el Libro de Job precedió a Homero y a Hesiodo por lo menos con mil años, habiendo florecido los dos poetas griegos sobre ocho siglos antes de la Era Cristiana.
San Clemente de Alejandría reconocía el significado astronómico del Capítulos XXV del Éxodo y siguientes del Éxodo; cuando dice que según la doctrina de Moisés, los siete Planetas ayudan a la generación de las cosas terrestres; y que los dos Querubines que están a los dos lados del sagrado TETRAGRAMMATON en el Arca, representan la OSA MAYOR y la OSA MENOR.

Santo Tomás de Aquino, el gran doctor de la Iglesia católica, dice: “No recuerdo haber encontrado nunca en las obras de los santos ni en la de los filósofos la negación de que los planetas estén guiados por seres espirituales... Me parece posible demostrar que los cuerpos celestes están regidos por una inteligencia, sea directamente por Dios, sea por mediación de los ángeles. Pero creo esto último más acorde con el orden de cosas en que, según San Dionisio, no hay excepción, es decir, que para el gobierno de todas las cosas de la tierra se vale Dios de agentes intermedios.”

La primitiva Astrología Hermética,  estaba ya en decadencia, en el mismo Egipto, cuya ciencia del mismo origen que la babilónica, había degenerado de su antigua pureza, y su gloria empezaba a eclipsarse; cuando Daniel, último iniciado judío de la Antigua Escuela, se puso a la cabeza de los magos y astrólogos de Caldea. Es evidente que el Libro de Daniel es un texto kabalista.

Sin embargo, la Sabiduría astrológica antigua dejaba en el mundo huellas eternas; y los SIETE GRANDES DIOSES primitivos reinaron para siempre en la Astrología y en los calendarios de todas las naciones de la Tierra. Los nombres de los días de la semana cristiana, son los nombres de los dioses caldeos, que a su vez los copiaron de los primeros arios.

La uniformidad de estos antediluvianos nombres en todos los pueblos, desde los indos a los godos, sería inexplicable sin el siguiente pasaje de los Oráculos caldeos, que recoge Porfirio y cita Eusebio: “Estos nombres se propagaron primero entre las colonias egipcias y fenicias,…, con la expresa recomendación de que cada Dios había de ser invocado únicamente el día cuyo nombre llevase... cuidando de invocar siete veces a cada uno de estos dioses …Así dice Apolo en estos oráculos: “Yo debo ser invocado el día del Sol; Mercurio según sus instrucciones; … y después Venus.”

Enseñanzas que Grecia las recibió directamente de Orfeo, el maestro en ciencias índicas de casi todos los grandes monarcas de la antigüedad; quienes, favorecidos por los dioses planetarios, pusieron en libros de los principios de la astrología, como, por ejemplo, lo hizo Ptolomeo.

VII
LA ZÁBILA Y LA LEY DE LA REENCARNACIÓN UNIVERSAL:

El DEPARTAMENTO ELEMENTAL de la Zábila está íntimamente relacionado con las fuerzas cósmicas encargadas de regular la Ley de la Reencarnación Humana.

“Existe en los bosques de los climas tropicales un insecto conocido con el nombre de cigarra.
““Género de insectos hemípteros de color verdoso amarillento; la cigarra produce, durante los calores del estío, un ruido estridente y monótono, mediante un órgano particular que posee el macho en la parte inferior del abdomen””.
“En Colombia (cómo en Ecuador) le dan a este insecto el nombre vulgar de ”Chicharra”.”
“Es creencia común de las gentes, de que este pequeño animalito se revienta cantando y muere. Sin embargo, la realidad es diferente.”
“Lo que sucede es que este animal abandona su quitina, “sustancia orgánica que constituye el esqueleto de los animales articulados”.”
“El insecto hace una abertura en la región torácico-dorsal y sale por allí, revestido de un nuevo cuerpo lleno de vida.”
“Este animalito es inmortal y se reencarna en vida incesantemente.”(Rosa Ígnea, por Samael Aun Weor, Cap. Magia del Elemental de la Zábila).

Si se reencarna o no, en nada altera el simbolismo; y otro símbolo aún más importante sobre la reencarnación es la muda de la piel de la serpiente, que hasta ahora no han alcanzado a interpretar los simbolistas. Así como el reptil al despojarse de la piel se libra de una envoltura de grosera materia, demasiado enojosa ya para su cuerpo, y entra en un nuevo período de actividad, así también el hombre al desprenderse de su cuerpo grosero y material pasa a un nuevo estado de existencia con mayores facultades y más enérgica vitalidad.

Por el contrario, los cabalistas caldeos dicen que cuando el hombre primitivo se despiritualizó por su contacto con la materia, le fue dado por vez primera cuerpo carnal, y así lo simboliza aquel significativo versículo: “Hizo también el señor Dios a Adán y a su mujer unas túnicas de pieles y los vistió”. En este caso el hombre espiritual en el curso de su involución había llegado al punto en que el predominio de la materia le transformó en hombre de carne.

En el fondo es el mismo símbolo, de la reencarnación en niveles más espirituales o más materiales, de acuerdo con la espiral de la Vida.

El maestro Huiracocha, hablando sobre la zábila, dice en el libro «Plantas Sagradas»: “Los viajeros que van al oriente, verán sobre las puertas de las casas turcas un cuero de cocodrilo y una planta de áloe, ya que ambos, dicen, garantizan una larga vida”.

Nos dice el Maestro Samael que: Examinando cuidadosamente este símbolo, encontramos que representa la reencarnación; cuando también el libro de los Muertos egipcio, dice textualmente: "Yo soy el cocodrilo sagrado Sebekh, yo soy la llama de tres pabilos, y mis pabilos son inmortales. Yo entro en la región de Sekem, yo entro en la región de las llamas que han derrotado a mis adversarios".

El cocodrilo sagrado Sebekh simboliza al ÍNTIMO, con sus TRES PABILOS, es decir, la divina TRÍADA reencarnándose incesantemente, para alcanzar la perfección; o más aun equivale a los TRES COCODRILOS SAGRADOS: Átman-Buddhi-Manas.

Pero en lo Macro-Cósmico, los planetas reencarnan en forma análoga, siendo la triada reencarnante los TRES SUPREMOS, como se dice que la Primera Ronda Planetaria es regida por el Padre, la Segunda por el Hijo, el Crestos Cósmico y la Tercera por el Espíritu Santo, que es el Señor Jehová.

Cuando decimos que la Zábila se alimenta de los ocultos Rayos del Sol, y este es un rayo séptuple que es el espectro solar, entendemos que este elemental de la Luz, capta cada uno de los siete colores solares, uno en cada día de la semana, o de cada Planeta como Rector de la Luz por separado; simbolizando esta inteligencia un auxiliar cósmico muy importante en el Génesis Planetario, que es el mecanismo natural de recepción de la Luz de los Siete Cosmocratores.

Los Cosmocratores son los receptores de la Luz, ellos digieren la Luz original, cuyos cuerpos son las moles planetarias, que proyectan ese cono de sombra al oponerse a la Luz Solar, generando en el espacio vital para los seres inferiores por ellos creados; es decir luz visible a nuestros sentidos, dándole y sustentando la vida de sus propias creaciones.

Por otra parte las Tres Primeras Rondas, que representan al Génesis de todo planeta son dobles, por un lado involucionan las fuerzas espirituales que descienden a la materia, en estas tres rondas nuestro Espíritu se reviste de su propio Cuerpo Espiritual, del Alma Divina y del Alma Humana; y paralelamente se dan tres rondas evolutivas, en que nosotros como contraparte material, nos revestimos del Cuerpo Astral, Vital y Físico, respectivamente, que son esas túnicas de pieles, ascendiendo por los reinos Mineral, Vegetal y Animal; sumando así los seis días de la creación, que concurren en el séptimo en que se dice que Dios descansó, porque la creación se sostiene a través de estos dos Triángulos, alcanzando así su auto-independencia relativa.

Así la Luz Solar, con sus Siete Colores fundamentales, es la intermediaria para que las Mónadas del Primer Triángulo se encarnen en las Siete Rondas Planetarias, sintetizadas en las Cuatro del arco descendente, cuyas tres primeras son dobles, y la Cuarta simple, sumando las siete, son esos Siete Rayos de Luz, captados por la Zabila, uno en cada día de la semana.

La Zábila estaría así representada en la Estrella de Seis Puntas, llamada Estrella de Vishnú el Crestos Cósmico, que es la letra m de Narayana, el Agua Universal de Vida. Narayana es una forma de Vishnú; en sus Seis Puntas están representados Seis Rayos Logoicos que son las 3 Rondas dobles y en el punto central la Cuarta.

Esta Estrella de Seis Puntas, siendo las siete Rondas del Génesis, el color del Triángulo superior es Negro, y el inferior es blanco, porque el Espíritu al descender por sus tres cuerpos: Espiritual, luego Conscientivo y finalmente como Alma Humana, involuciona, por eso el Triángulo superior es Negro y se corresponde con el Triángulo del Padre del Árbol de la Vida, encarnado.

El Triángulo inferior de nuestra Estrella, es blanco y se corresponde con el Tercer Triángulo del Árbol de la Vida, o del Espíritu Santo.

La Estrella de Seis Puntas, llamada de Salomón, es un símbolo del Crestos Cósmico, y la plegaria: "Yo creo en el Hijo, el Crestos Cósmico, la poderosa mediación astral que enlaza nuestra personalidad física con la inmanencia suprema del PADRE SOLAR"; que pronunciamos para bautizar a la planta de la Zábila, crea esta asociación.

También esta Estrella de Seis Puntas simbolizada en los procesos del Departamento Elemental de la Zabila, representa al Sistema Solar, ubicado en el Segundo Triángulo, esta Estrella tiene los colores en forma positiva, el Blanco en el Triángulo Superior y el Negro en el Inferior.

La letra m, que es el mantram de la Zábila, cuya forma minúscula es una doble letra n; es decir dos Runas Not, que representan dicha letra; la letra m es la más sagrada de todas las letras. Es a la vez femenina y masculina, o sea andrógina, como Runa es la Laf, formada por la pareja que de frente se unen con sus manos tomadas en ángulo de 45 grados; que simboliza el agua original. Esta Gran Runa, está regida por Tauro, que es el signo de la Sacerdotisa Sagrada, está signada con la Piedra Topacio, y el Arcano Catorce, del matrimonio, su figura simple de la Runa es la letra L, que simula un pie; simbolizando la doble L, los dos pies de Piscis, una L minúscula manuscrita simula a un Pez.  

La m es una letra mística en todos los idiomas, orientales y occidentales, y es un signo que representa las ondas del agua, como el símbolo de Acuario; el que está formado por una doble m, para recordarnos su androginismo, letras que a su vez provienen de los símbolos de Virgo y Escorpio, que son letras m incompletas formadas a partir de la separación de los sexos, es decir la separación de Virgo y Escorpio.

Estas dos letras m, las de Virgo y Escorpio, que se reconcilian en Acuario, las encontramos también en la Estrella de Salomón, en sus DOS TRIÁNGULOS.

Tanto en el esoterismo ario como en el semítico esta letra ha simbolizado siempre las aguas. En sánscrito, por ejemplo, Makara, el décimo signo del Zodiaco, significa un cocodrilo, o más bien un monstruo acuático, asociado siempre con el agua. La letra Ma sanscrita es equivalente y corresponde con el número 5, símbolo de la matriz, y que al ser un binario, son pues la matriz de arriba y la matriz de abajo, símbolos además de los dos sexos separados, es decir de un doble cinco, uno velado femenino y otro desvelado masculino, que suman 10, que es el número de la décima constelación zodiacal que es Capricornio.

Esto, además, es a menudo simbolizado por un Pentágono, que es un signo sagrado, un Monograma divino. Maitreya palabra que empieza con la m, es el nombre secreto del Quinto Buddha y del Kalkî Avatâra de los brahmanes, el último Mesías que vendrá en la culminación del Gran Ciclo, que es Samael Aun Weor, el Logos o Cosmocrator del Planeta Marte, el QUINTO DE LOS SIETE.

El Cinco es muy misterioso, pues se halla relacionado con el Pentágono micro-cósmico, la estrella de cinco puntas, que representa al hombre. En la India y en Egipto, el Cocodrilo tiene su mansión en Capricornio, que es el décimo signo del Zodíaco, que es llamado Makara, que se ha traducido libremente por “Cocodrilo”.

La Carta Veinte del Taroth, que se corresponde con Capricornio, en su imagen mágica encontramos el ataúd de una momia, y en Egipto, el difunto —cuyo símbolo es el pentágono o la estrella de cinco puntas que representan los miembros de un hombre— era presentado emblemáticamente transformado en un cocodrilo. Sebekh, o Sevekh (o el "Séptimo"), demostrándose que el tipo de la inteligencia es, en realidad la un dragón, no un cocodrilo. Es el "DRAGÓN DE LA SABIDURÍA" como el Alma Humana, llamado en nuestra filosofía gnóstica el Quinto Principio, de abajo hacia arriba, o el Alma Divina, como el quinto Sephiroth de arriba hacia abajo, ambos 5 forman el Andrógino Divinal, el del Segundo Adán.

Cada semana tiene un carácter oculto distinto en el mes lunar; cada día de los veintiocho tiene sus características especiales; pues cada una de las doce constelaciones, ya sea separadamente o en combinación con otros signos, tiene una influencia oculta para el bien o para el mal. Esto representa la suma de los conocimientos que los hombres pueden adquirir en la tierra; sin embargo, pocos son los que la adquieren, y todavía menos son los sabios que llegan a la raíz del conocimiento simbolizado por el gran Dragón-Raíz, el Logos Espiritual de estos signos visibles. Pero aquellos que la alcanzan reciben el nombre de Dragones, y son los “Arhats de las Cuatro Verdades o de las Veintiocho facultades” o atributos, y siempre han sido llamados así.

Ese ataúd de la Carta 20, es el símbolo de la Resurrección que estaba colocado en el Sancta-Santuario, o el Santísimo que era la Cámara del Rey dentro de la Gran Pirámide, en que el Iniciado debía estar durante 3 días y sus noches antes del proceso resurrectivo. 


La palabra Makara... contiene en sí la clave para su correcta interpretación. La letra ma es equivalente al número 5, y kara signifca mano. Ahora bien; en sánscrito, Tribhujam quiere decir un triángulo, bhujam o karam (ambos son sinónimos) se entiende que significa un lado. Así, pues, Makaram o Panchakaram significa de Cinco Lados o un Pentágono.

Ahora bien; la estrella de cinco puntas o pentágono representa los cinco miembros del hombre, equivale al Hombre muerto que debe resucitar para asumir el Séptimo Principio. En el que resucita, cuando éste se asimila las CINCO ALMAS de los Cinco Cuerpos inferiores: Alma Consciente, Alma Sapiente, Alma Senciente, Alma Pensante y el Alma Humana, que lo convierten en un NIRVANI.

El signo en cuestión tiene por objeto representar los aspectos o caras del universo, e indica que la figura del Universo está limitada por Pentágonos. El hecho es que dentro de cada estrella de número de rayos impares, se forma una segunda dentro de la misma, así el Pentágono viene a ser ese doble 5, o sea los dos rostros del Universo, el visible material y el invisible espiritual, el Cinco Espiritual y el Cinco Humano.

No era el número Cinco menos sagrado para los griegos. Las “Cinco Palabras” de Brahmâ se han convertido entre los gnósticos en las “Cinco Palabras” escritas en la Resplandeciente Vestidura Akhásica de Jesús Akáshica, en su glorificación:

“Y sucedió entonces, que cuando el sol había salido por el oriente, una gran fuerza de luz descendió, en la cual estaba mi vestidura, que había dejado atrás en el vigésimo cuarto misterio, tal como yo os lo había dicho, y encontré un misterio escrito en mi vestidura, con cinco palabras provenientes de lo alto: ZAMA ZAMA OZZA RACHAMA OZAI...” (Pistis Sophía, Develada por Samael Aun Weor, Cap. 10; El Misterio de las Cinco Palabras en la Vestidura).

Las palabras “Zama Zama Ozza Rachama Ozai” (ZAMA ZAMA QZZA RAXAMA QZAI), traducidas por los orientalistas “la vestidura, la gloriosa vestidura de mi fuerza”. Estas palabras eran, a su  vez, el “velo” anagramático de los CINCO PODERES MÍSTICOS representados en la vestidura del Iniciado “resucitado” después de su última prueba de tres días de trance, convirtiéndose los cinco en siete sólo después de su “muerte”, o en la ascensión, cuando el Adepto se convierte en el Christos pleno, el completo Krishna-Vishnú, esto es, sumergido en el Nirvana, es decir resucitado en el Padre Interno; cuyos tres pasos obligatorios son: Muerte, Resurrección y Ascensión. 



[1] Hasta en sus restos desfigurados de la Biblia, muestran cuánto concuerdan estos textos con la Doctrina Arcaica, como se ve en la creación de los Siete Creadores y Siete Hombres Primitivos. En cuanto a Enoch, Thoth o Hermes, Orfeo y Cadmo, son todos nombres genéricos, ramas y retoños de los Siete primordiales Sabios -Dhyân Chohans o Devas encarnados en cuerpos, ilusorios, no mortales- que enseñaron a la Humanidad todo lo que sabían, y cuyos primeros discípulos tomaron los nombres de sus Maestros. Esta costumbre pasó de la Cuarta Raza a la Quinta. De aquí la igualdad de las tradiciones acerca de Hermes -los egiptólogos cuentan cinco de estos-, Enoch, etc.; todos ellos son inventores de letras; ninguno de ellos muere; viven todavía, y son los primeros Iniciadores y fundadores de los Misterios. Se refieren todos ellos a los SIETE SAGRADOS COSMOCRATORES.