La
Biblia y la Kábala Gnóstica y otros apuntes:
I
LA
BIBLIA Y LA KÁBALA GNÓSTICA:
La Biblia es la última y la más reciente
entre las obras ocultas de la antigüedad; más aún tal como se la explica en el Zohar o Midrash, el Yetzirah (Libro de la Creación) y el Comentario de los Diez Sephiroth (por Azariel ben
Manachem, del siglo XII), o las Diez Esferas de Luz, que la hacen parte y
porción de la Sabiduría Esotérica de la Raza Aria, Enseñanza Sagrada expuesta de la misma manera en los Vedas y
demás libros alegóricos.
Por tanto, las Cosmogonías Aria y Semítica son dos hojas de la
misma rama, estando sus respectivas personificaciones y personajes simbólicos
en relación mutua, como sigue: Lo Incognoscible
mencionado de varios modos en versículos del Rig Veda, tales como “Nada
era”, llamado, más tarde, Parabrahman, o el Ain Soph de los kabalistas- y
también el “Espíritu” (de Dios), que se mueve sobre la faz de las Aguas, en el Génesis. Todos estos términos son idénticos.
Los cuatro primeros
capítulos del Génesis contienen la sinopsis del Pentateuco, y constituyen
versiones varias de los mismos conceptos, en diferentes aplicaciones alegóricas
y simbólicas, sin embargo estos mismos capítulos han sido mutados en el orden
de sus versículos de manera deliberada, para fines monoteístas y kabalísticos.
En tiempos de
Moisés se leía como sigue el Primer
Versículo del Génesis: B’rash ithbara Elohim, cuya traducción es: “En la primitiva fuente [Mûlaprakriti,
la Raíz sin Raíz], desarrollaron [o evolucionaron] los Dioses [Elohim], los
Cielos y la Tierra”; esto significa claramente tres niveles de evolución,
llevados a cabo en los TRES TRIÁNGULOS: En el Primer Triple Poder, despertaron
los Dioses Santos del Nirvana, en el Segundo se ubican los Siete Cielos, es
decir el Sistema Solar, o los Siete Planetas y en el Tercero, el Planeta
Tierra, con sus Siete Rondas. [El Padre Nuestro señala: Hágase Señor tu
voluntad así en la Tierra, como en los Cielos,….habla de la multiplicidad de
cielos y no de uno solo].
Mientras que
ahora, debido a los puntos masotéricos y a la influencia teológica, se ha
transformado el versículo en B’rashith
bara Elohim, que significa: “En el principio creó Dios los cielos y la
tierra”, cuya versión equivocada ha llevado al antropomorfismo y al dualismo,
producto del Karma Mundial, debido a que los actuales seres humanos, hemos
rechazado la Verdad, y preferimos la Materia o la ancha vía de los placeres
mundanos.
Esta evolución de los Dioses, los Cielos
y la Tierra, describe cada nuevo Manvantara, puede considerarse como una
organización, la primera y la última de su especie, puesto que los Universos evolucionan
cada vez en un plano más elevado, por lo tanto irrepetible, cada vez más
perfectos.
La Kábala Gnóstica
enseña la existencia de Cuatro Adanes
diferentes, o la transformación de cuatro Adanes consecutivos, emanaciones del
Hombre Celeste o Adán Kadmon
original, que se representa con el TRIÁNGULO SUPREMO, y que es el Primer Adán;
y se corresponde con la Mónada de Mayor Jerarquía del Colectivo, que en ese
despertar de los Dioses Santos, simbólicamente reúne todas las coronas,
unificándolas, siendo un Dios Multiforme, o sea la Unidad Múltiple Perfecta,
que es Kéther, nuestro Padre muy amado.
Este Adán es el Prototipo del Segundo Adán que es séptuple en su
constitución, y se corresponde con los SIETE SEPHIROTH INFERIORES, es decir con
los Siete Logos Planetarios o
Divinos constructores. El Tercer Adán simboliza a las Cuatro Rondas Planetarias Terrestres, abarcando a las Primeras Razas Andróginas de
nuestra CUARTA RONDA PLANETARIA, que no cayeron y el Cuarto Adán es el Adán de Barro, luego de la caída
edénica, es el Adán caído o como lo califica la Gnósis moderna: El Hombre
Luciférico, o Animal Intelectual; el Ser Tri-Pasionario, cuyas pasiones son: La
Codicia, la Ira, y la Lujuria, o los vicios del Intelecto, la Emoción y el
Sexo.
La Creación
Primaria es llamada la Creación de la Luz (Espíritu); y la Secundaria, la de
las Tinieblas (Materia). Ambas encuéntranse en el Génesis. La
primera es la emanación de los Dioses (Elohim) nacidos por sí mismos; la
segunda la de la naturaleza física.
En el primer
capítulo del Génesis, la palabra
“Dios” significa los Elohim, o sean “Dioses” en plural y no un solo Dios. La
traducción al singular es errónea. La Kabalah
explica suficientemente que los Alhim o los Elohim son siete; -esto es siete colectivos- y que
cada uno de ellos creó uno de los siete órdenes enumerados en el primer
capítulo, correspondientes alegóricamente a las Siete Creaciones, que el Génesis cita en esos siete simbólicos días.
Para mayor
prueba, de estas Siete Creaciones la frase: “Y vio Dios que esto era bueno”,
está repetida siete veces, en los versículos 4, 10, 12, 18, 21, 25 y 31. Aunque
los compiladores supongan arbitrariamente que el hombre fue creado en el sexto
día, a “imagen de Dios y en desdoble de varón y hembra”, el ultimo colectivo de
los siete Elohim, repiten por séptima vez la frase sacramental “Y
vio Dios que esto era bueno”, haciendo así del hombre la Séptima Creación[1],
en la que Dios se dice descansó, porque las Seis
Primeras Creaciones o los Seis
Primeros Días, son internos; se corresponden con seis pares de columnas,
y el ultimo par se encuentra fuera del Templo, formando el Pórtico, y son las
Jaquin-Boaz, del Templo Universal de
Salomón, que son el Hombre y la Mujer caídos en la generación animal.
Entendemos
también que estos Seis Pares de Columnas,
representan las Doce Constelaciones Nirvánicas, y como el Sistema Solar es
producto de una Concentración
Nirvánica, lo que corresponde con la división en tres grupos de cuatro
constelaciones, ubicados en tres niveles, de acuerdo con los Tres Elementos Principios de la
Kábala, y que dan forma a la Consciencia de los Seres, sus Cuerpos y el
Ambiente Externo, o el Fuego, Aire y Agua.
La
maldición de Jeremías contra aquellos Elohim (Dioses) que no habían creado los Cielos y la Tierra, muestra que había otros
Elohim que lo habían hecho; y esta maldición significa que fueron obligados a
reencarnar en los mundos materiales, que no fueron creados por ellos, en
función del Karma, son pues aquella TERCERA PARTE DE LAS ESTRELLAS que cayeron
según el Apocalipsis; en concurrencia de que Venus recibe tres veces más luz que la Tierra, a la que cede una
tercera parte, vemos aquí la Ley del Tres, ya que es la Tercera Fuerza
la que se reencarna en la materia, existiendo en ambas enseñanzas un
paralelismo.
Por
proyección y analogía, el paso del Tercer Sephiroth al Cuarto, en que el
Tercero son las 12 Constelaciones
Nirvánicas, y el Cuarto es Átman-Chesed, regido por Samael, en que
Tauro simboliza esa bajada al ser un signo venusino, en cuya carta 12, vemos un
hombre colgado hacia el precipicio, es el Arcano del Sacrificio, que es la Ley
del Logos Solar, a través del cual el Espíritu se reencarna, para darnos vida a
las criaturas inferiores; con lo que se ratifica que la Tercera Fuerza es
Venus, no Mercurio, es decir las Tres Fuerzas Primarias serían: SOL-LUNA-VENUS,
aunque Mercurio equilibre las obras entre la Luna y el Sol.
Si
las Constelaciones son simbolizadas como Árboles
Virginales, y los planetas por Serpientes;
cuando decimos que en el Paraíso cada Flor tiene su serpiente nos referimos a
lo mismo, que cada Árbol tiene su Serpiente; cuya primera pareja es Marte
fecundando a la Virgen de Tauro, a través de los Rituales del Génesis, para darnos el Cuerpo Espiritual a la actual Humanidad, en la parte
superior de la Primera Ronda Planetaria, en la que evolucionan las Mónadas,
adquiriendo su primer Cuerpo, el del Intimo.
Decimos
que las estrellas en este caso de Tauro caen, al perder la pureza de su
magnetismo superior o virginal al ser mezclado con el magnetismo inferior de la
serpiente de los planetas, en este caso el marciano, que es la misma alegoría
citada en que los Hijos de Dios se mezclaron con las hijas de los Hombres. A
los Planetas se les entregan las constelaciones para su señorío, como sus casas
o templos, en que ofician los Cosmocratores, son pues los verdaderos templos
Layas.
Es obvio que en
la Primera Ronda Planetaria, que es de naturaleza mental, los espíritus
reencarnantes tengan que ver con el Mundo Causal, es decir con Venus; lo cierto
es que en la Tercera Raza Raíz de la Cuarta Ronda, se da la caída o sea la
bajada de la Humanidad, a la esfera inferior de MALCHUTH; que es una réplica de
lo sucedido entre la Tercera y Cuarta Ronda Planetaria Terrestre; porque siempre
el tres es el que crea, hacia arriba o hacia abajo; como también se refleja en
lo sucedido en el paso del Primer al Segundo Triángulo del Árbol de la Vida..
Véase el Génesis 7 y 19. En el versículo 7 se
forma a Adán, y en el 19 se dice: “El Señor Dios formó de la tierra todos los
animales del campo, y todas las aves del aire; y las presentó a Adam para ver
cómo las quería llamar”. Así, pues, el hombre fue creado antes que los animales, pues los animales mencionados en el Cap. I
son los signos del Zodíaco, mientras que el hombre “macho y hembra” no es el hombre, sino la
Hueste de los Sephiroth, los planetas, Fuerzas
o Ángeles “hechos a su imagen y semejanza (de Dios). El Adam hombre, es el Adán de Barro que
recibió el soplo del aliento vital, que simboliza al Alma, llamado falso Espíritu
por ser inferior a este; no es hecho a esta semejanza ni así se asegura en
la Biblia.
Al colocarles el
nombre, a los animales o constelaciones, los Planetas obtienen el dominio de
esas fuerzas superiores o más puras del Nirvana o del Zodiaco; cuya tercera
parte son obligadas a encarnar en mundos inferiores, en este caso en nuestra
morada planetaria terrestre, otra tercera parte organizará la Consciencia de
los Seres y otra el Ambiente externo, así es como la Ley del Tres, define los
roles, como fuerzas activas, pasivas y neutras a las estrellas.
II
LA SERPIENTE VENUSINA, NOS TIENTA PARA INICIARNOS EN
LA SABIDURÍA:
El TETRAGRAMMATON es la esencia misma del número siete, en su
significado kabalista. El siete está formado por el tres y el cuatro, que es la
base y el fundamento del TETRAGRAMMATON, de nuestro Mundo Físico, de sus Razas
y del hombre, en el reino de Malkuth.
El TETRAGRAMMATON, proviene de las Tres Fuerzas Primarias del Primer
Triángulo, el Padre (1), la Madre (2) y el Hijo (3), este último al nacer y ya
fuera del vientre de la Madre es el mismo 4; el misterio consiste en que el 4
es el mismo 3 fuera del Triángulo, es la letra He que se repite, así tres
letras, forman las cuatro; y esa He es la DOBLE MATRIZ, del 5+5=10, por eso
decimos que es siempre la TERCERA FUERZA la que se reencarna; el 3 se
materializa como 4, por lo tanto involuciona el Espíritu en la Materia,
fecundado por Marte, es decir Átman-Chesed dotando de Cuerpos Espirituales a las Mónadas encarnantes del NUEVO MAHAVANTARA.
Es el ÁRBOL DE LA VIDA,
formado en este caso por los Tres Triángulos, o sea los Nueve primeros
Sephiroth, que cae y se transforma en el ÁRBOL
DEL CONOCIMIENTO, ambos comparten sus raíces que al ser opuestos, uno mira
hacia arriba y el otro hacia abajo; y que la COSMOGONÍA AZTECA los describe como los Nueve Señores de la Luz, al Árbol de la Vida y los Nueve Señores de la Obscuridad al Árbol
del Conocimiento, este último significado en la Carta Doce, el Sacrificio,
Arcano que es la CONSTELACIÓN DE TAURO.
Si Aries es el símbolo de la Cabeza, que en el ÁRBOL DE LA VIDA, es el
Primer Triángulo, es decir las tres cámaras sagradas formadas por los DOS
LÓBULOS CEREBRALES y el CEREBELO; no hay dudas que la Cabeza de Aries sale, se
expresa o se manifiesta a través de la Palabra de Tauro. Aries es el símbolo
del Pastor de Ovejas.
La INVOLUCIÓN DEL ESPÍRITU o
sea la pérdida de su pureza original, está simbolizado en el derramamiento de
sangre, en que Caín, que es la parte masculina de Eva, fecunda a Abel, la parte
femenina de Adam, por esto la Mujer, representando la Naturaleza Material, es
portadora en su simiente del Fuego Espiritual, y el Hombre representando la
Naturaleza Espiritual, es portador en su simiente del Agua Material. La
Serpiente masculina o activa de Eva, es la misma prostituta de la Carta Seis
del Taroth, es ella la SERPIENTE
LUCIFÉRICA o sea la Portadora de la Luz y a la que el Cristo libera cuando
le dice “Por lo mucho que has amado, te
perdono”.
Deseo, Arrepentimiento, Perdón y el Amor, son etapas de lo mismo, es
decir la TRANSFORMACIÓN de la MATERIA en el ESPÍRITU.
Por esto decimos que la He es andrógina, la primera He es la mujer,
pasiva arriba y la segunda He es su Serpiente que la vuelve activa abajo,
símbolo del fuego que ella porta, que es la misma serpiente que nos tienta para
iniciarnos en los Misterios, a través del Gran Arcano; la letra He es
un puente entre lo interior y lo exterior, o mejor dijéramos una PUERTA, que al
mirar hacia los dos lados, siempre es doble, equivalente a la Espada de Doble
Filo; y es esa serpiente doble, la mujer velada o vestida y la mujer desvelada
o desvestida de la Carta Seis del Tarot, pero es la segunda la que nos entrega aquel
terrible secreto que nos abre las puertas de la eternidad: manifestado en la
Biblia por aquellas formidables y simbólicas palabras de la serpiente:
I) NEQUAQUAN MORIEMINI,
II) SED ERITIS,
III) SICUT DII,
IV) SCIENTES BONUM ET MALUM.
En cambio la Virgen de la Carta Seis, simboliza inmovilidad espiritual, inercia, y hasta pereza, etc.
En el derramamiento de sangre, en que Caín mata a Abel, simboliza el
rompimiento del Velo femenino, la perdida de la virginidad en que el Arcano
Dos, que es la Madre que al ser fecundada pierde su velo y se transforma en el
Arcano Tres, que es la Madre sin Velo; originándose las Tres Marías: Antes del
Parto (2), durante el Parto es decir en la gestación (3) y después del Parto
(4), esta última llamada también el Ánima Mundi.
Es esta la Vaca Sagrada, del Arcano Cuatro, o el ANIMA MUNDI, la verdadera misericordia universal y está conducida por el DHIANY BUDDHA, Samael, que es su intercesor.
Ahora el proceso de retorno al Espíritu, el Iniciado debe crear su
Tetragrammaton de abajo, que son los Cuatro Cuerpos Solares Inferiores, que
luego deben ser devorados por sus propias Serpientes; en forma de Extractos
Anímicos; así es como retorna el Espíritu caído en la materia, y que es la
materia misma, que regresa a su estado de pureza original.
Pero así como hubo violencia en la caída, cuando Caín mató a Abel, el
Cielo se toma por asalto, es decir en forma violenta y no dudéis de derramar
sangre para entrar en él dice la enseñanza.
III
TRADICIONES KABALISTAS
La Kabalah de los judíos es sólo un eco
infiel de la Doctrina Secreta de los caldeos; ya que la verdadera Kabalah se halla en el Libro de los Números caldeo, que
actualmente poseen algunos sufis persas.
Todos los pueblos
de la antigüedad tuvieron sus peculiares tradiciones basadas en las mismas de
la Sabiduría Secreta de los arios; y todos suponen que un Sabio de su raza
recibió la primitiva revelación de un Ser divino, y por su mandato la expuso en las Escrituras sagradas. En el pueblo judío, sucedió lo propio que en los demás
pueblos, es decir adaptaron a su historia e idiosincrasia social y psicológica de su Pueblo-Nación, las enseñanzas eternas .
En la Sabiduría
Secreta, Adi es el nombre genérico de los primeros hombres, es decir, de las
primeras razas, y de dicho nombre se deriva tal vez el de “Ad-am”, así que Adam
rebela los Misterios de Adí.
Todos los pueblos
dicen que a los primeros hombres, se les revelaron los divinos misterios de la
creación. Así los sabeos (según una tradición conservada en las obras Sufis),
dicen que cuando el “tercer gran hombre” salió del país adyacente a la India
para Babel, le dieron un árbol, luego otro, y después otro, cuyas hojas
contenían la historia de todas las razas.
El “tercer primer
hombre” significa el que perteneció a la tercera raza raíz, y los sabeos
también le llamaron Adam.
Los árabes del
alto Egipto, y los musulmanes en general, tienen por tradición que el arcángel
Azazel trae un mensaje de Dios para Adam doquiera que éste renace. Los sufis
explican el significado de la tradición diciendo que cada Seli-Alah (“escogido
de Dios”) recibe un libro de manos de los mensajeros; y benditos sean quienes
lo reciban.
A todas las
naciones, y no tan sólo a la judía, se refiere la leyenda narrada por los
cabalistas, según la cual el ángel Raziel recuperó después de la caída de Adam
el libro que antes de dicha caída le había dado (libro lleno de misterios, de
signos y de acontecimientos que habían sido, eran o iban a ser); pero que más
tarde, se lo devolvió por temor de que los hombres no pudieran aprovecharse de
las sabias enseñanzas que contenía. Adán entregó, dicen, el libro a Seth, de
quien pasó a Enoch, de éste a Abraham y así sucesivamente de mano en mano del
más digno de cada generación.
IV
LA KABALA BÍBLICA:
Para poder comprender la forma matemática en que fuera escrita la
Biblia, citemos un comentario de HPB, que aparece en la Doctrina Secreta: He
aquí dos interpretaciones que dan dos sabios cabalistas y eruditos, de un mismo
versículo del Éxodo. Moisés ruega al
Señor que le muestre su “gloria”. Es evidente que no es la fraseología cruda de
la letra muerta, tal como se encuentra en la Biblia, lo que hay que aceptar. En
la Kabalah hay siete significados, de los cuales podemos exponer dos interpretados
por los referidos eruditos. Uno de ellos traduce, a la par que explica:
“Tú no puedes ver Mi faz;... Yo te pondré en una grieta de la roca y te
cubriré con Mi mano al pasar por tu lado. Y luego retiraré Mi mano y verás Mi a’hoor”, esto es, Mi dorso.
“Mi dorso”, significa Mi Universo visible, Mis manifestaciones
inferiores; pero, como hombre aún en la carne, no puedes ver Mi naturaleza
invisible. Esta es una correcta explicación cosmo-metafísica.
Y ahora habla el otro kabalista, dando el significado numérico: Los
números del nombre de “Moisés” son los de la frase “YO SOY LO QUE SOY”; de modo
que los nombres de Moisés y Jehovah están en armonía numérica. La palabra
Moisés es: 5 + 300 + 40, que sumados estos valores de sus letras, es 345;
número que simboliza a Jehovah, el Genio por
excelencia del Año Lunar, el rostro, toma el valor de 543 del nombre de
Moisés, o sea el reverso de 345.
En el tercer capítulo del Éxodo,
en los versículos 13 y 14, se dice: Y Moisés dijo...: Mira, yo vengo a los
hijos de Israel y les diré: El Dios de vuestros padres me ha enviado a
vosotros; y ellos me dirán: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué debo decirles? Y Dios dijo
a Moisés:
Yo
soy lo que soy.
Las palabras hebreas de esta expresión son, ÂHIYÉ ASHER ÂHIYE; y el
valor de las sumas de sus letras aparece así: 21, 501, 21; que sumadas nos dan
el nombre de su Dios, 21+501+21=543, o sencillamente una aplicación de los
números dígitos simples del nombre de Moisés, pero arreglados de tal suerte,
que el número 345 está invertido y se lee 543.
De modo que cuando Moisés implora, “Déjame ver Tu faz o gloria”, el otro
justa y verdaderamente replica: “Tú no puedes ver mi faz..., pero me verás por detrás”; siendo éste el
verdadero sentido, aunque no las palabras precisas; pues el extremo y el detrás de 543 es la faz de 345.
Según añade el sabio kabalista: En otras aplicaciones de los números, se
vieron mutuamente faz a faz. Es extraño que si añadimos 345 a 543, tenemos 888,
que era el valor kabalístico gnóstico del nombre de Cristo, que era Jehoshua o
Joshua, la Fuerza Conciliadora Universal. También la división de las 24 horas
del día da tres ochos como cociente... El fin principal de todo este sistema de
Comprobación de Números era conservar perpetuamente el valor exacto del Año
Lunar, en la medida natural de los Días.
¿Cuántos
más ejemplos semejantes se pueden encontrar en la Biblia que es la obra última y más reciente entre las ocultas de la
antigüedad? A ningún filósofo esoterista le puede caber la duda de que la Biblia, tal como se explica en el Zohar o Midrash, el Yetzirah (Libro de la Creación) y el Comentario de los diez Sephiroth (por Azariel ben
Manachem, del siglo XII), es parte y porción de la Sabiduría de los Arios,
expuesta de la misma manera en los Vedas y demás libros alegóricos.
V
LA MASONERÍA OCULTA:
La Mazonería Esotérica
gira alrededor del simbolismo del Templo
Kabalístico de Salomón, prototipo de todos los Templos del Universo, cuya réplica debemos verla en
cualquier ruina o mejor dijéramos reliquia de algún templo piramidal, como
evidencia de alguna antigua Iniciación.
La Mazonería Esotérica
se basa en la “muerte y
resurrección de Hiram-Abiff, el “hijo
de la viuda”; o el “Osiris” egipcio, muerto por Tifón, e Isis es la Viuda,
que lo resucita.
13
Y envió el rey Salomón, e hizo venir de Tiro a Hiram. 14 Hijo de una viuda de
la tribu de Nephtalí, y su padre había sido de Tiro: trabajaba él en bronce,
lleno de sabiduría y de inteligencia y saber en toda obra de metal. Este pues
vino al rey Salomón, e hizo toda su obra.
El piso bicolor, formado por piedras cuadradas Blancas y Negras, símbolo
de las dos corrientes universales, la Solar y la Lunar o sea la Luz y las
Tinieblas eternas, del ARCANO SEIS, o la Estrella Macro-cósmica. Cada Piedra
sagrada representa un número, los impares son las blancas y las pares las
negras, colores que forman una Cruz que divide el piso del templo en cuatro
cuadrantes; en cada esquina uno de los CUATRO
ANIMALES SAGRADOS: El Águila (Aire), el León (Fuego), el Hombre (Agua)
y el Toro (Tierra), que forman la Sagrada Esfinge.
En el piso cruciforme debemos colocar la Estrella de Salomón, cuyo triángulo superior representa los
dos Elementos Superiores el
Fuego y el Aire, hacia el lado del Altar y en el triángulo inferior, el Agua y
la Tierra, o Elementos Inferiores,
hacia el lado de la Puerta de entrada al Templo.
Los Dos Elementos Superiores
simbolizan los cuerpos de Átman y Buddhi, o el Espíritu y la Consciencia, y los
Dos Elementos Inferiores al Cuerpo
Físico y al Etérico; es decir Espíritu y Materia y entre ellos al Alma, como
híbrido que es, formada por ambas energías; compuesta por el Cuerpo Astral, el
Cuerpo Mental y el Cuerpo Causal, llamada también Falso Espíritu.
Que en el Ajedrez Esotérico
los dos Cuerpos Superiores, son el Rey y la Reyna Blanca, en oposición el Rey y
la Reyna Negra, que son el Cuerpo Físico y el Vital; el Caballo, la Torre y el
Alfil, son los cuerpos intermedios que forman el Alma: Astral, Mental y Causal,
de la Liturgia del Ajedrez,
que es la lucha entre las escuadras de Osiris y las de Tifón. Las Piezas
del Ajedrez se mueven formando las Runas.
No hay dudas que el ejercicio
de Géminis, hecho para equilibrar
los Siete Cuerpos, simboliza la Estrella
de Salomón Solar [con el Triángulo superior Azul Cielo y el inferior
Rojo], la que colocada horizontalmente es la estrella de colores opuestos;
ambas son la Corona del Rey y
la Corona de la Reyna, cuyos
movimientos en el ajedrez simulan una Runa
Hagal Vertical regida por Sagitario y la otra horizontal, es el Ejercicio de Géminis; que viene a
ser el símbolo de la Runa Hagal Horizontal o femenina, la anterior es positiva.
VI
LA TEURGIA DE LA ESCUELA GNÓSTICA NEOPLATÓNICA DE ALEJANDRÍA:
La Teúrgia
práctica, en sus principales aplicaciones al estudio detenido de los misterios
cósmicos, sidéreos, físicos y espirituales, cuya clave fundamental fue y es
todavía lo que los neoplatónicos griegos llamaron “TEOFANÍA”.
En su significado
más general es la “comunicación entre
los Dioses, y aquellos iniciados espiritualmente capaces de semejante
interloquio”. Pero esotéricamente significa mucho más, pues no es tan
sólo la presencia de nuestro Dios
Interior, sino la actual, aunque temporánea, encarnación, la aleación, por
decirlo así, del Ser supremo, de la Deidad personal, con el hombre, su
representante o agente en la tierra. En otras palabras la TEURGIA se inicia
mediante invocación de las distintas partes del SER INTERNO, para de a poco
irlas encarnado dentro de nosotros mismos, y que en su conjunto forman el
ÍNTIMO.
Por ley general,
el Dios Supremo, la Súper-Alma
(Átma-Buddhi) del Ser Humano, tan sólo lo cobija durante la vida mortal, con
objeto de darle revelaciones y enseñanzas, siendo lo que los católicos llaman
“ÁNGEL DE LA GUARDA” que “a nuestro lado nos vigila”; pero en el caso
del MISTERIO TEOFÁNICO, ésta Súper-Alma
encarna plenamente en el Teúrgo
para realizar alguna revelación.
Cuando la
encarnación es temporánea, dura muy poco tan sublime estado, que se llama
“éxtasis” definido por Plotino como “la liberación de la mente de su
conciencia finita, para identificarse con lo Infinito"” El Alma Humana, brote y emanación de
su Dios, realiza en tal estado la unión de "Padre y el Hijo" y la “divina fuente fluye como un
torrente por su humano cauce"”.
Sin embargo, en
casos excepcionales, el misterio es completo; el Verbo se hace realmente carne
y el individuo llega a ser divino en toda la acepción de la palabra, puesto que
su Dios personal toma vitalicio tabernáculo en su cuerpo, el “TEMPLO DE DIOS”,
como San Pablo dijo.
Por Dios personal del hombre se entiende aquí no
sólo su séptimo principio, que, per se,
y en esencia, es meramente un rayo del infinito océano de Luz. Atma y Buddhi
(los dos Principios más elevados) no son una dualidad, pues Atma emana
indivisiblemente del Absoluto.
00000000000000
Para llegar a la Teúrgia hay que ser primero, Alquimista,
y es imposible ser alquimista sin una mujer. Luego de ser alquimista se es
Mago, pero nadie puede ser Mago, sin ser Médico.
Estas dos últimas cualidades, resultan ser el Sol y Mercurio, o
sea la Constelación de Leo y el Planeta Mercurio de la Runa Fa, que es la letra
F, del acróstico AZF; que son la A y la Z, como la primera y la última letras
de nuestro alfabeto, es decir el Primero y la Séptimo día que son los mismos,
ya que el ultimo es igual al primero, más la experiencia del siclo, y esta
experiencia es la síntesis de los seis días intermedios, que son la letra F,
que escrita horizontalmente, equivale a los seis cuadrados de la Piedra Cúbica
o Piedra Altar.
La TEÚRGIA o Magia Divina, se basa
en el hecho de que todo hombre tiene en los Cielos su contraparte inmortal, o
mejor dicho, su arquetipo o su Testigo
Fiel, y que durante el ciclo
de renacimientos este se
encuentra indisolublemente unido a la parte mortal en cada una de sus encarnaciones;
lo que se verifica por medio del principio espiritual enteramente distinto del Yo Psicológico Pluralizado;
personificado en el GUARDIÁN DEL
UMBRAL, ni tampoco por medio de la HUMANA
PERSONALIDAD TERRESTRE; algunas faltas de vínculos espirituales, llegan
hasta a romper esta unión.
La TEURGIA,
es una práctica fundamental dentro de la Iglesia Gnóstica, y el Cristo le dijo
a Pedro: "Tú eres Pedro (que quiere decir Piedra) y sobre esa Piedra,
edificaré mi Iglesia"; y "sobre la Piedra", quiere decir, sobre
el Íntimo. La TEÚRGIA refuerza
los vínculos espirituales de los Siete
Cuerpos Internos, fijándolos firmemente en el ÍNTIMO.
“Jámblico, el gran teúrgo dice: "La Teúrgia
nos une más fuertemente con la divina naturaleza; esta naturaleza se engendra por
sí misma, actúa por medio de sus propios poderes, es inteligente y lo mantiene
todo; es el ornamento del Universo y nos invita a la inteligente verdad, a la
perfección, y a compartir la perfección con los demás. Tan íntimamente nos une
a todos los actos creadores de los Dioses, en proporción a la capacidad de cada
cual, que luego de cumplir los sagrados ritos se consólida el alma en las
acciones de inteligencia de los Dioses hasta que se identifica con ellas y es
absorbida por la primieval y divina esencia; tal es el objeto de las sagradas
iniciaciones de los egipcios". (La Gran Rebelión, por Samael Aun Weor,
Cap. 3; Magia Blanca y Magia Negra).
Jámblico invocaba
y materializaba a los dioses planetarios.
Como con
enigmático estilo dice Paracelso, el hombre con sus tres espíritus
(combinados), pende a manera de feto por los tres de la matriz del Macrocosmos;
es decir los Tres Testigos de arriba con los Tres Testigos de abajo; y el
cordón que lo mantiene unido es el “Alma-Hilo”, “Sûtrâtmâ, y Taijasa (el
“Brillante”) de los vedantinos,
Por medio de este
principio espiritual e intelectual, está unido el hombre a su Arquetipo Celeste; nunca por
medio del Yo Pluralizado,
contenido en los Cuerpos Lunares,
que se desintegran y desvanecen, en la mayor parte de los casos, sin quedar
nada, luego de cada RETORNO a
una nueva matriz.
La Divina Teúrgia enseña el modo de
realizar esta unión. Pero sólo las acciones y personales merecimientos del
hombre pueden producirla sobre la Tierra o determinar su duración, eso
significa vivir una vida recta, dentro de la Ética Solar, cuya Ley
Suprema es el Sacrificio; y solo por y para el servicio a la Humanidad es dable
tamaña empresa.
Ésta dura desde
unos segundos, un relámpago, o muchas horas. En este intervalo, el Teúrgo o Teófano, es ese mismo “Dios” protector, dotado durante ese
tiempo, por lo tanto, de relativa Omniscencia
y Omnipotencia. En adeptos tan perfectos y divinos como Buddha, Samael
Aun Weor, y otros, esta Condición
Avatárica, que es una condición de integración de sus TRES FUERZAS
PRIMARIAS, en sus Siete Niveles es decir de sus Siete Cuerpos Internos; puede
durar toda la vida; mientras que en los iniciados completos que no alcanzaron
todavía el perfecto estado de liberación, la revelación o inspiración de su Ser
Divino, cuando está en pleno influjo, se reduce al completo recuerdo de todo lo
visto, oído y sentido por el Adepto elevado.
Aquellos menos
perfectos consiguen tan sólo parcial e indistinta memoria; y el principiante,
en el primer período de sus experiencias psíquicas, tiene que afrontar al
pronto una mera confusión, seguida de un rápido y completo olvido de los
misterios percibidos durante su estado Supra-Consciencia.
Al volver a la
condición de vigilia física, el grado de recuerdo depende de su purificación
psíquica y espiritual; pues el mayor enemigo de la memoria superior es el
cerebro físico, el órgano de la naturaleza sensual y afectiva del hombre.
Hemos descrito
los estados superiores para mejor comprensión de las palabras empleadas en esta
obra. Hay tantas y tan varias condiciones y estados, que aun los videntes se
exponen a confundirlos unos con otros. Repetiremos que la arcaica palabra
griega “teofanía”, tuvo más amplio significado para los neoplatónicos. Esta
palabra compuesta no quiere decir “aparición de Dios al hombre” como de su
etimología se infiere en forma absurda; sino la presencia real de Dios en el hombre, o sea la encarnación divina.
Se habían extinguido
los misterios eleusinos. Sin embargo, legaron ellos sus principales características
a la escuela neoplatónica de Amonio Saccas, cuyo sistema ecléctico estaba
caracterizado por la teurgia y el éxtasis.
Jámblico añadió la
doctrina egipcia de la teurgia con sus prácticas; y el judío el
judío Malek, que tomó el nombre de Porfirio al convertirse, combatió la teurgia
apoyado en viejas tradiciones. Pero hubo
otros instructores como Plotino, Jámblico y Proclo, que la practicaron y sus
místicos, con pocas excepciones, practicaron el ascetismo y la
contemplación, y se sometían a disciplina tan rigurosa como la de los devotos
hindúes. Proclo
"“resumió en un sistema completo, la Teosofía y Teúrgia de sus
predecesores"”.
Sus esfuerzos no
tenían por objeto lograr éxito en las PRÁCTICAS
DE TAUMATURGIA, nigromancia o hechicería de que hoy se les acusa, sino
desenvolver las facultades superiores del hombre interno o del Ser Espiritual, La Escuela
sostenía que un cierto número de espíritus, moradores en esferas completamente
independientes de la tierra y del ciclo humano, eran mediadores entre los
“dioses” y los hombres, y entre el hombre y el Alma suprema.
Ahora debemos
comprender que estas invocaciones se refieren a las distintas PARTES DEL SER;
porque nuestro Ser es también una UNIDAD MULTIPLE PERFECTA.
Para decirlo
llanamente, el alma humana, con la ayuda de los espíritus planetarios, llegaba
a ser “RECIPIENTE DEL ALMA DEL MUNDO”,
como dice Emerson. Apolonio de Tyana demostró estar en posesión de semejante
facultad.
Ahora debemos
recordar que el ANIMA MUNDI es el mismo ATMAN-CHESED, o el CUARTO SEPHIROTH o
el ARCANO CUATRO de la Kábala Gnóstica, cuyo rector espiritual es el mismo
SAMAEL, el Logos de Marte.
Y fueron trabajos de Teúrgia,
fundamentales para lograr la Gran Revolución de Bel Cebú:
“…hice unos experimentos de Teúrgia que
fueron realmente decisivos.
“Proyecté para Bel, sobre el escenario
cósmico, algunas escenas de los Archivos Akáshicos.”
“Allí aparecían aquellas primitivas épocas
del período de Saturno, cuando aún Belcebú era un hombre bueno y sencillo,
cuando todavía no había cogido vicios, cuando aún no era amigo de lupanares ni
tabernas. Aquellas escenas se deslizaban todas en sucesivo orden, y Belcebú las
contemplaba silencioso. Luego aparecieron las tabernas y las Fiestecitas y las
noches de vela, y vinieron los lupanares y la orgía.”
“Belcebú lleno de terrible emoción
interna, contemplaba aquellas antiquísimas escenas y recordaba sus errores.
Estaba en presencia de las primitivas causas que lo habían conducido a su
actual estado.”
“Una
verdadera revolución de Bel estaba en actividad.” (Revolución de Bel, por
Samael Aun Weor, Cap. 17, Bel y su Revolución).
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En la ESCUELA GNÓSTICA NEOPLATÓNICA DE ALEJANDRÍA,
fundada por Amonio Saccas, se enseñaba Teúrgia
y Magia Práctica, como las había enseñado Pitágoras y otros antes de
él; pues, según dice Proclo, de las doctrinas de Orfeo, natural de la India y emigrado
a Grecia, se derivaron todos los sistemas posteriores.
Pitágoras
aprendió en los MISTERIOS ÓRFICOS
lo que Orfeo enseñaba bajo alegorías ocultas; y Platón tuvo perfecto
conocimiento de todo ello gracias a los escritos de Orfeo y Pitágoras.
Los filaleteos se
clasificaban en neófitos e iniciados; y el sistema ecléctico estaba basado en
tres principios fundamentales de puro carácter vedantino, a saber: una Esencia
suprema, única y universal; la eternidad e indivisibilidad del humano espíritu;
y la teurgia, que es el empleo de los mantrams. Según hemos visto, tenían los
filaleteos enseñanzas secretas o esotéricas como las demás escuelas místicas; y
del mismo modo que los iniciados en los misterios, juraban guardar sigilo
acerca de los dogmas ocultos, con la única diferencia de que entre los
iniciados en los misterios, eran más terribles las penas impuestas al perjuro.
Esta prohibición subsiste todavía no sólo en la India, sino entre los
cabalistas judíos de Asia.
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Cuantos conocen
la Filosofía Neoplatónica,
saben que sus principales representantes, como Plotino y especialmente
Porfirio, combatieron la teúrgia fenoménica. Pero Jámblico el autor de De Mysteriis, va más allá y explica el
verdadero concepto de la palabra teúrgia, mostrándonos en ella la Divina
Ciencia del Râja Yoga: “La Magia, según Jámblico, es una divina, excelsa y
sublime Ciencia, superior a toda otra. Es eficaz medicina para todos... No
tiene su fuente en el cuerpo ni se limita a las pasiones del compuesto humano
ni a su constitución; sino que todo se deriva por ella de nuestros dioses
superiores, de nuestros divinos Egos, que como un hilo de plata se remontan
desde nuestra chispa interna al primordial Fuego divino.”
La TEURGIA, o
Magia Divina, cuando se combina con la Unción Gnóstica, se constituye en una
especie de LITURGIA personal, una especie de sacerdocio íntimo; por lo que la
Iglesia Católica en sus inicios la objetó, impulsando los ritos públicos,
siendo los sacerdotes los únicos calificados para este oficio. Sobre esto el
Maestro Samael, impulsó el ejercicio de la LITURGIA en las mismas casas, por lo
que en igual forma la TEURGIA, debe ser desarrollada dentro de esa misma
tendencia liberadora.
Jámblico abomina de los fenómenos físicos que,
según dice, “son producidos por malignos espíritus que engañan a los hombres
(los fantasmas médiumnímicos), al paso que enaltece vehementemente la Teúrgia
Divina, para cuyo ejercicio es indispensable ser “hombre de alma casta y
acendrada moralidad”. La opuesta clase de magia es privativa de hombres impuros
y egoístas, y nada tiene de divina. Los falsos profetas no hallaron jamás en
sus comunicaciones nada que procediese de nuestros dioses superiores. Así, la Magia
Blanca o teúrgia consiste en el conocimiento de nuestro Padre (Ser Superior), y
la Magia Negra supone sujeción a la naturaleza inferior. La Teúrgia requiere
santidad de alma que desecha y excluye toda cosa corporal; la Magia Negra es la
profanación del Alma. La Teúrgia es la unión con los dioses (con el propio Dios
interno), y fuente de todo bien; la Magia Negra es el comercio con el demonio,
y si no les dominamos nos dominan hasta arrastrarnos poco a poco a la ruina
moral (mediumnidad).”
En resumen: “La
teúrgia nos une más fuertemente con la divina naturaleza. Esta naturaleza se
engendra por sí misma, actúa por medio de sus propios poderes, es inteligente,
y lo mantiene todo. Es el ornamento de Universo, y nos incita a la inteligible
verdad, a la perfección y a compartir la perfección con los demás. Tan
íntimamente nos une a todos los actos creadores de los dioses, en proporción a
la capacidad de cada cuál, que luego de cumplir los sagrados ritos se consolida
el alma en sus acciones e inteligencias [de los dioses], hasta que se
identifica con ellas y es absorbida por la primordial y divina esencia. Tal es
el objeto de las sagradas iniciaciones de los egipcios.
Después nos dice
Jámblico cómo ha de realizarse la unión de nuestro Yo superior con el Alma Universal,
es decir, con los dioses. Al efecto, habla él de Manteia, equivalente al
Samâdhi, o éxtasis supremo. También habla del ensueño, que es visión divina
cuando el hombre se transmuta nuevamente en Dios. Habla también de la obtención
de poderes como: 1º Discernimiento
profético mediante el Ser Superior, que le revela las verdades del plano en que
actúa; 2º Éxtasis e iluminación; 3º Acción en cuerpo astral, en cuerpo mental o
por medio de la voluntad); 4º Dominio
sobre los demonios insensatos, inferiores. Todo esto requiere la purificación
del ego o su eliminación; y así, según Jámblico, la Magia no es ni más ni menos
que la iniciación en la Teúrgia.
Pero antes es
preciso educar los sentidos y conocer el Yo humano, en relación con el Divino
Ser. Hasta que el hombre no domina completamente este estudio, será incapaz de
antropomorfizar lo “amorfo”, entendiendo por esta palabra los dioses superiores
e inferiores, los seres mundanales y supramundanales, que los principiantes
sólo pueden vislumbrar en sonidos y colores. Porque tan sólo los adeptos pueden
ver a un “dios” en su verdadera y trascendental forma, de la que el discípulo
(Chela) únicamente percibe el aura.
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Los
kabalistas sostienen que el Libro de Job, es el más antiguo del canon
hebreo y ciertamente anterior a Moisés; libro que habla de la hechura de
“Arcturo, Orión y las Pléyades (Osh, Kesil y Kimah) y de las cámaras del Sur”;
de Scorpion y el Mazaruth: los doce signos; palabras que, si algo
significan, implican el conocimiento del Zodíaco hasta entre las tribus nómadas
árabes. Se dice que el Libro de Job precedió a Homero y a Hesiodo por lo
menos con mil años, habiendo florecido los dos poetas griegos sobre ocho siglos
antes de la Era Cristiana.
San
Clemente de Alejandría reconocía el significado astronómico del Capítulos XXV
del Éxodo y siguientes del Éxodo; cuando dice que según la doctrina de Moisés,
los siete Planetas ayudan a la generación de las cosas terrestres; y que los
dos Querubines que están a los dos lados del sagrado TETRAGRAMMATON en el Arca,
representan la OSA MAYOR y la OSA MENOR.
Santo Tomás de
Aquino, el gran doctor de la Iglesia católica, dice: “No recuerdo haber
encontrado nunca en las obras de los santos ni en la de los filósofos la
negación de que los planetas estén guiados por seres espirituales... Me parece
posible demostrar que los cuerpos celestes están regidos por una inteligencia,
sea directamente por Dios, sea por mediación de los ángeles. Pero creo esto
último más acorde con el orden de cosas en que, según San Dionisio, no hay
excepción, es decir, que para el gobierno de todas las cosas de la tierra se
vale Dios de agentes intermedios.”
La primitiva Astrología Hermética, estaba ya en decadencia, en el mismo
Egipto, cuya ciencia del mismo origen que la babilónica, había degenerado de su
antigua pureza, y su gloria empezaba a eclipsarse; cuando Daniel, último
iniciado judío de la Antigua Escuela,
se puso a la cabeza de los magos y astrólogos de Caldea. Es evidente que el
Libro de Daniel es un texto kabalista.
Sin embargo, la
Sabiduría astrológica antigua dejaba en el mundo huellas eternas; y los SIETE GRANDES DIOSES primitivos reinaron
para siempre en la Astrología y en los calendarios de todas las naciones de la
Tierra. Los nombres de los días de la semana cristiana, son los nombres de los
dioses caldeos, que a su vez los copiaron de los primeros arios.
La uniformidad de
estos antediluvianos nombres en todos los pueblos, desde los indos a los godos,
sería inexplicable sin el siguiente pasaje de los Oráculos caldeos, que recoge
Porfirio y cita Eusebio: “Estos nombres
se propagaron primero entre las colonias egipcias y fenicias,…, con la expresa
recomendación de que cada Dios había de ser invocado únicamente el día cuyo
nombre llevase... cuidando de invocar siete veces a cada uno de estos dioses
…Así dice Apolo en estos oráculos: “Yo debo ser invocado el día del Sol;
Mercurio según sus instrucciones; … y después Venus.”
Enseñanzas que
Grecia las recibió directamente de Orfeo, el maestro en ciencias índicas de
casi todos los grandes monarcas de la antigüedad; quienes, favorecidos por los
dioses planetarios, pusieron en libros de los principios de la astrología,
como, por ejemplo, lo hizo Ptolomeo.
VII
LA ZÁBILA Y LA LEY DE LA REENCARNACIÓN UNIVERSAL:
El DEPARTAMENTO ELEMENTAL de la Zábila está íntimamente relacionado con
las fuerzas cósmicas encargadas de regular la Ley de la Reencarnación Humana.
“Existe en los
bosques de los climas tropicales un insecto conocido con el nombre de cigarra.
““Género de
insectos hemípteros de color verdoso amarillento; la cigarra produce, durante
los calores del estío, un ruido estridente y monótono, mediante un órgano
particular que posee el macho en la parte inferior del abdomen””.
“En Colombia
(cómo en Ecuador) le dan a este insecto el nombre vulgar de ”Chicharra”.”
“Es creencia
común de las gentes, de que este pequeño animalito se revienta cantando y
muere. Sin embargo, la realidad es diferente.”
“Lo que sucede es
que este animal abandona su quitina, “sustancia orgánica que constituye el
esqueleto de los animales articulados”.”
“El insecto hace
una abertura en la región torácico-dorsal y sale por allí, revestido de un
nuevo cuerpo lleno de vida.”
“Este animalito
es inmortal y se reencarna en vida incesantemente.”(Rosa Ígnea, por Samael Aun
Weor, Cap. Magia del Elemental de la Zábila).
Si se reencarna o no, en nada altera el simbolismo; y otro símbolo aún
más importante sobre la reencarnación es la muda de la piel de la serpiente,
que hasta ahora no han alcanzado a interpretar los simbolistas. Así como el
reptil al despojarse de la piel se libra de una envoltura de grosera materia,
demasiado enojosa ya para su cuerpo, y entra en un nuevo período de actividad,
así también el hombre al desprenderse de
su cuerpo grosero y material pasa a un nuevo estado de existencia con mayores
facultades y más enérgica vitalidad.
Por el contrario, los cabalistas caldeos dicen que cuando el hombre
primitivo se despiritualizó por su contacto con la materia, le fue dado por vez
primera cuerpo carnal, y así lo
simboliza aquel significativo versículo: “Hizo también el señor Dios a Adán y a
su mujer unas túnicas de pieles y los vistió”. En este caso el hombre
espiritual en el curso de su involución había llegado al punto en que el
predominio de la materia le transformó en hombre de carne.
En el fondo es el mismo símbolo, de la reencarnación en niveles más
espirituales o más materiales, de acuerdo con la espiral de la Vida.
El maestro Huiracocha, hablando sobre la zábila, dice en el libro
«Plantas Sagradas»: “Los viajeros que van al oriente, verán sobre las puertas
de las casas turcas un cuero de cocodrilo y una planta de áloe, ya que ambos, dicen,
garantizan una larga vida”.
Nos dice el Maestro Samael que: Examinando cuidadosamente este símbolo,
encontramos que representa la reencarnación; cuando también el libro de los
Muertos egipcio, dice textualmente: "Yo soy el cocodrilo sagrado Sebekh,
yo soy la llama de tres pabilos, y mis pabilos son inmortales. Yo entro en la
región de Sekem, yo entro en la región de las llamas que han derrotado a mis
adversarios".
El cocodrilo sagrado Sebekh simboliza al ÍNTIMO, con sus TRES PABILOS,
es decir, la divina TRÍADA reencarnándose incesantemente, para alcanzar la
perfección; o más aun equivale a los TRES COCODRILOS SAGRADOS:
Átman-Buddhi-Manas.
Pero en lo Macro-Cósmico, los planetas reencarnan en forma análoga,
siendo la triada reencarnante los TRES SUPREMOS, como se dice que la Primera
Ronda Planetaria es regida por el Padre, la Segunda por el Hijo, el Crestos
Cósmico y la Tercera por el Espíritu Santo, que es el Señor Jehová.
Cuando decimos que la Zábila se alimenta de los ocultos Rayos del Sol, y
este es un rayo séptuple que es el espectro solar, entendemos que este
elemental de la Luz, capta cada uno de los siete colores solares, uno en cada
día de la semana, o de cada Planeta como Rector de la Luz por separado;
simbolizando esta inteligencia un auxiliar cósmico muy importante en el Génesis Planetario, que es el
mecanismo natural de recepción de la Luz de los Siete Cosmocratores.
Los Cosmocratores son los receptores de la Luz, ellos digieren la Luz
original, cuyos cuerpos son las moles planetarias, que proyectan ese cono de sombra
al oponerse a la Luz Solar, generando en el espacio vital para los seres
inferiores por ellos creados; es decir luz visible a nuestros sentidos, dándole
y sustentando la vida de sus propias creaciones.
Por otra parte las Tres Primeras Rondas, que representan al Génesis de
todo planeta son dobles, por un lado involucionan las fuerzas espirituales que
descienden a la materia, en estas tres rondas nuestro Espíritu se reviste de su
propio Cuerpo Espiritual, del Alma Divina y del Alma Humana; y paralelamente se
dan tres rondas evolutivas, en que nosotros como contraparte material, nos
revestimos del Cuerpo Astral, Vital y Físico, respectivamente, que son esas
túnicas de pieles, ascendiendo por los reinos Mineral, Vegetal y Animal;
sumando así los seis días de la creación, que concurren en el séptimo en que se
dice que Dios descansó, porque la creación se sostiene a través de estos dos
Triángulos, alcanzando así su auto-independencia relativa.
Así la Luz Solar, con sus Siete Colores fundamentales, es la
intermediaria para que las Mónadas del Primer Triángulo se encarnen en las
Siete Rondas Planetarias, sintetizadas en las Cuatro del arco descendente, cuyas
tres primeras son dobles, y la Cuarta simple, sumando las siete, son esos Siete
Rayos de Luz, captados por la Zabila, uno en cada día de la semana.
La Zábila estaría así representada en la Estrella de Seis Puntas, llamada
Estrella de Vishnú el Crestos Cósmico, que es la letra m de Narayana, el Agua
Universal de Vida. Narayana es una forma de Vishnú; en sus Seis Puntas están
representados Seis Rayos Logoicos que son las 3 Rondas dobles y en el punto
central la Cuarta.
Esta Estrella de Seis Puntas, siendo las siete Rondas del Génesis, el
color del Triángulo superior es Negro, y el inferior es blanco, porque el
Espíritu al descender por sus tres cuerpos: Espiritual, luego Conscientivo y
finalmente como Alma Humana, involuciona, por eso el Triángulo superior es Negro
y se corresponde con el Triángulo del Padre del Árbol de la Vida, encarnado.
El Triángulo inferior de nuestra Estrella, es blanco y se corresponde
con el Tercer Triángulo del Árbol de la Vida, o del Espíritu Santo.
La Estrella de Seis Puntas, llamada de Salomón, es un símbolo del
Crestos Cósmico, y la plegaria: "Yo creo en el Hijo, el Crestos Cósmico,
la poderosa mediación astral que enlaza nuestra personalidad física con la
inmanencia suprema del PADRE SOLAR"; que pronunciamos para bautizar a la
planta de la Zábila, crea esta asociación.
También esta Estrella de Seis Puntas simbolizada en los procesos del
Departamento Elemental de la Zabila, representa al Sistema Solar, ubicado en el
Segundo Triángulo, esta Estrella tiene los colores en forma positiva, el Blanco
en el Triángulo Superior y el Negro en el Inferior.
La m es una letra
mística en todos los idiomas, orientales y occidentales, y es un signo que
representa las ondas del agua, como el símbolo de Acuario; el que está formado
por una doble m, para recordarnos su androginismo, letras que a su vez provienen
de los símbolos de Virgo y Escorpio, que son letras m incompletas formadas a
partir de la separación de los sexos, es decir la separación de Virgo y
Escorpio.
Estas dos letras
m, las de Virgo y Escorpio, que se reconcilian en Acuario, las encontramos
también en la Estrella de Salomón, en sus DOS TRIÁNGULOS.
Tanto en el
esoterismo ario como en el semítico esta letra ha simbolizado siempre las
aguas. En sánscrito, por ejemplo, Makara, el décimo signo del Zodiaco,
significa un cocodrilo, o más bien un monstruo acuático, asociado siempre con
el agua. La letra Ma sanscrita es equivalente y corresponde con el número 5, símbolo
de la matriz, y que al ser un binario, son pues la matriz de arriba y la matriz
de abajo, símbolos además de los dos sexos separados, es decir de un doble
cinco, uno velado femenino y otro desvelado masculino, que suman 10, que es el
número de la décima constelación zodiacal que es Capricornio.
Esto, además, es
a menudo simbolizado por un Pentágono, que es un signo sagrado, un Monograma
divino. Maitreya palabra que empieza con la m, es el nombre secreto del Quinto
Buddha y del Kalkî Avatâra de los brahmanes, el último Mesías que vendrá en la
culminación del Gran Ciclo, que es Samael Aun Weor, el Logos o Cosmocrator del
Planeta Marte, el QUINTO DE LOS SIETE.
El Cinco es muy
misterioso, pues se halla relacionado con el Pentágono micro-cósmico, la
estrella de cinco puntas, que representa al hombre. En la India y en Egipto, el
Cocodrilo tiene su mansión en Capricornio, que es el décimo signo del Zodíaco,
que es llamado Makara, que se ha traducido libremente por “Cocodrilo”.
La Carta Veinte
del Taroth, que se corresponde con Capricornio, en su imagen mágica encontramos
el ataúd de una momia, y en Egipto, el difunto —cuyo símbolo es el pentágono o
la estrella de cinco puntas que representan los miembros de un hombre— era
presentado emblemáticamente transformado en un cocodrilo. Sebekh, o Sevekh (o el
"Séptimo"), demostrándose que el tipo de la inteligencia es, en
realidad la un dragón, no un cocodrilo. Es el "DRAGÓN DE LA SABIDURÍA" como el Alma Humana, llamado en
nuestra filosofía gnóstica el Quinto Principio, de abajo hacia arriba, o el
Alma Divina, como el quinto Sephiroth de arriba hacia abajo, ambos 5 forman el
Andrógino Divinal, el del Segundo Adán.
Cada
semana tiene un carácter oculto distinto en el mes lunar; cada día de los
veintiocho tiene sus características especiales; pues cada una de las doce
constelaciones, ya sea separadamente o en combinación con otros signos, tiene
una influencia oculta para el bien o para el mal. Esto representa la suma de
los conocimientos que los hombres pueden adquirir en la tierra; sin embargo,
pocos son los que la adquieren, y todavía menos son los sabios que llegan a la
raíz del conocimiento simbolizado por el gran Dragón-Raíz, el Logos Espiritual
de estos signos visibles. Pero aquellos que la alcanzan reciben el nombre de
Dragones, y son los “Arhats de las Cuatro Verdades o de las Veintiocho
facultades” o atributos, y siempre han sido llamados así.
Ese ataúd de la
Carta 20, es el símbolo de la Resurrección que estaba colocado en el
Sancta-Santuario, o el Santísimo que era la Cámara del Rey dentro de la Gran
Pirámide, en que el Iniciado debía estar durante 3 días y sus noches antes del
proceso resurrectivo.
La palabra Makara... contiene en sí la clave para su correcta
interpretación. La letra ma es
equivalente al número 5, y kara signifca
mano. Ahora bien; en sánscrito, Tribhujam quiere decir un triángulo, bhujam o karam (ambos son sinónimos) se entiende que significa un lado. Así,
pues, Makaram o Panchakaram significa de Cinco Lados o un Pentágono.
Ahora bien; la estrella de cinco puntas o pentágono representa los cinco
miembros del hombre, equivale al Hombre muerto que debe resucitar para asumir
el Séptimo Principio. En el que resucita, cuando éste se asimila las CINCO
ALMAS de los Cinco Cuerpos inferiores: Alma Consciente, Alma Sapiente, Alma
Senciente, Alma Pensante y el Alma Humana, que lo convierten en un NIRVANI.
El signo en cuestión tiene por objeto representar los aspectos o caras
del universo, e indica que la figura del Universo está limitada por Pentágonos.
El hecho es que dentro de cada estrella de número de rayos impares, se forma
una segunda dentro de la misma, así el Pentágono viene a ser ese doble 5, o sea
los dos rostros del Universo, el visible material y el invisible espiritual, el
Cinco Espiritual y el Cinco Humano.
No era el número Cinco menos
sagrado para los griegos. Las “Cinco Palabras” de Brahmâ se han convertido
entre los gnósticos en las “Cinco Palabras” escritas en la Resplandeciente Vestidura Akhásica de Jesús Akáshica, en su glorificación:
“Y
sucedió entonces, que cuando el sol había salido por el oriente, una gran
fuerza de luz descendió, en la cual estaba mi vestidura, que había dejado atrás
en el vigésimo cuarto misterio, tal como yo os lo había dicho, y encontré un
misterio escrito en mi vestidura, con cinco palabras provenientes de lo alto:
ZAMA ZAMA OZZA RACHAMA OZAI...” (Pistis Sophía, Develada por Samael Aun Weor,
Cap. 10; El Misterio de
las Cinco Palabras en la Vestidura).
Las palabras “Zama Zama Ozza Rachama Ozai” (ZAMA ZAMA QZZA RAXAMA QZAI),
traducidas por los orientalistas “la vestidura, la gloriosa vestidura de mi
fuerza”. Estas palabras eran, a su vez,
el “velo” anagramático de los CINCO
PODERES MÍSTICOS representados en la vestidura del Iniciado “resucitado”
después de su última prueba de tres días de trance, convirtiéndose los cinco en siete sólo después de su “muerte”, o en la ascensión, cuando el Adepto se convierte en el Christos pleno, el completo Krishna-Vishnú,
esto es, sumergido en el Nirvana, es decir resucitado en el Padre Interno; cuyos
tres pasos obligatorios son: Muerte, Resurrección y Ascensión.
[1] Hasta en sus restos desfigurados de la Biblia, muestran cuánto
concuerdan estos textos con la Doctrina Arcaica, como se ve en la creación de
los Siete Creadores y Siete Hombres Primitivos. En cuanto a Enoch, Thoth o
Hermes, Orfeo y Cadmo, son todos nombres genéricos, ramas y retoños de los
Siete primordiales Sabios -Dhyân Chohans o Devas encarnados en cuerpos, ilusorios, no mortales- que enseñaron a
la Humanidad todo lo que sabían, y cuyos primeros discípulos tomaron los
nombres de sus Maestros. Esta costumbre pasó de la Cuarta Raza a la Quinta. De
aquí la igualdad de las tradiciones acerca de Hermes -los egiptólogos cuentan cinco
de estos-, Enoch, etc.; todos ellos son inventores de letras; ninguno de ellos
muere; viven todavía, y son los primeros Iniciadores y fundadores de los
Misterios. Se refieren todos ellos a los SIETE SAGRADOS COSMOCRATORES.