LAS TRES REGIONES DEL ABSOLUTO
1) AIN.
2) AIN SOPH.
3) AIN SOPH
AUR.
La Primera
Región es AIN אין–
La Nada, es el más interno y es de hecho el SAT, viene a ser la Yema del Huevo, el
INMANIFESTADO ABSOLUTO.
La Segunda
Región es AIN SOPH – סוף אין– Infinito, es
la intermedia, viene a ser la Clara del Huevo, o el círculo medio.
La Tercera
Región es AIN SOPH AUR –אור סוף אין– Luz
Ilimitada, el más externo. viene a ser la
Cáscara del Huevo, o el círculo externo.
El AIN SOPH AUR, es la Infinita Luz Increada que se
reconcentra en KÉTHER, el ANCIANO DE LOS DÍAS.
El primer velo es AIN, Ain, la Nada. Esta palabra consiste en tres letras, de cuyas sombras se manifies
tan los primeros tres números o Sephiroth.
El segundo velo es el AIN SVP, Ain Soph, lo Ilimitado. Este concepto contiene seis letras, y de sus
sombras surgen los primeros seis números o Sephiroth.
El tercer velo es AIN SVP AVR, Ain Soph Aur, la Luz Ilimitada. Este concepto está compuesto por
nueve letras, de cuyas sombras salen los primeros nueve Sephiroth o números, pero por supuesto, so-
lo en su idea oculta.
Estas tres son las partes constitutivas de nuestro
GRAN HUEVO; y quien quiera adentrarse en el conocimiento de este SÍMBOLO
UNIVERSAL, deberá meditar con el Huevo[2], como símbolo del ABSOLUTO.
Perseverando en esta MEDITACIÓN, se va acumulando
Sabiduría en la CONCIENCIA y fuerzas en el Cuerpo Físico, que le permitirán
desarrollar poderes extraordinarios, que provienen del mismo ABSOLUTO SOLAR.
Regiones equivalen a DIMENSIONES; pero el AIN, la
profunda IN-MANIFESTACIÓN, está más allá de toda comprensión humana.
Esa profunda IN-MANIFESTACIÓN es lo que se conoce como
la NADA, o de otra forma la VERDAD[3], es un estado de absoluta
abstracción.
En nuestro huevo simbólico, solo dos de
sus tres capas concéntricas; o las dos interiores se transforman para darle
forma al polluelo, son las partes activas.
La exterior es solo protectora, esta capa
es constante, permanente, no cambia; es la SAL DE LA VIDA.
Las
tres capas son concéntricas, una dentro de la otra, la YEMA dentro de la CLARA,
y ésta dentro de la CÁSCARA, son tres círculos en uno, a manera de un triple
huevo, cada una diferente en su funcionamiento y constitución.
La YEMA DE ORO DEL HUEVO, y su CLARA COLOR PLATA, nos
indica desde ya esa dualidad, no hay dudas que es la expansión de la Yema presiona
sobre la cáscara, y de
dicha interacción se genera la FUERZA NEUTRA que es la CLARA.
Así la Yema es el Espíritu, la Clara es el Alma y la
Cáscara, el Cuerpo, en nuestro símbolo del Absoluto: AIN, AIN SOPH y AIN SOPH
AUR; pero esa cáscara es denominada en la GNOSIS, el PROTOCOSMOS, formado por
todos los SOLES ABSOLUTOS, ubicados en el tercer círculo o AIN SOPH AUR.
(memoria del cosmos anterior)
Dicho de otra manera el AIN, presiona sobre el AIN
SOPH AUR, esas son OLAS del gran Océano del Absoluto, que originan los
Mahamavantaras, cada uno con sus Siete Cosmos, olas que partiendo del centro,
llegan a la periferia y regresan al centro, para volver a la periferia, cuando
van del centro a la periferia se refieren al Día y por el contrario, el regreso
de la periferia al centro se refieren a la Noche o Gran Pralaya.
Dentro de un ritmo imposible de comprender para la
Mente Humana, cuyo puente de comprensión es la respiración, que es el ALIENTO
DEL ÚNICO PADRE, o el Fohat.
La FUERZA CENTRÍFUGA
o de Manifestación, en el inicio del DÍA CÓSMICO, busca compensar causas
anteriores, del Día Cósmico que termina, recibidas como impulsos externos, que
provienen de la gran disolución anterior.
Ese SANTO OCHO,
formado por círculos que van del centro del Absoluto a su periferia y vienen
hacia la periferia al centro del Absoluto, se lo ubica sobre la Cabeza de la
Carta uno de KÉTHER.
[1] Nunca
debemos olvidar que el hombre, es incapaz de formar un solo concepto, a no ser
relativo a fenómenos materialistas, es impotente, a causa de la constitución
misma de su ser, para levantar ni siquiera una punta del velo que cubre la
majestad de lo Absoluto. Lo Finito, no puede concebir a lo Infinito, ni puede
aplicarse su propia clase de experiencias.
[2] PRACTICA CON EL HUEVO AZUL:
El Huevo de Oro de BRAHMA, que simboliza el Universo, nuestro Planeta Tierra,
nuestro Sistema Solar, la Galaxia y el mismo Infinito, tiene forma oviforme. El
Maestro Huiracocha decía, que había necesidad de adormecerse meditando e
invocando uno a Harpócrates, pero que debía uno imaginarse un HUEVO DE COLOR
AZUL, y que uno estaba metido dentro de ese huevo...Pero la forma más práctica
de hacerlo, es buscar realmente un huevo de gallina; luego despuntarlo, hacerle
un pequeño agujero por la parte más cónica, más puntiaguda. Sin embargo, antes
de hacer esa operación, es necesario pasar el huevo por agua tibia (es decir,
entibiarlo, muy ligeramente, muy ligeramente). Luego despuntarlo y sacarle la
yema y la clara, hasta que solamente quede la pura cáscara. Enseguida, esa
cáscara se pone cerca de la cama, en tu mesita de noche. Lo importante es que
tengas siempre la figura del huevo. Y la corteza está relacionada con los
poderes de Harpócrates. Las Fuerzas de Harpócrates se relacionan precisamente
con el huevo. En el huevo es una réplica
de toda la Creación y sus Poderes, Leyes y Principios. Harpócrates sabe manejar
esas Fuerzas, contenidas en el huevo. Ahora bien, si en el huevo se hallan
contenidas todas las Fuerzas de la Creación, es lógico que tiene que tener Poderes
formidables. Harpócrates sabe manejar esos Poderes, esas Fuerzas formidables.
Meditando que todo lo creado, ha salido del huevo, se acuesta uno en su cama
del lado izquierdo, pone la cabeza sobre la palma de la mano izquierda, al
acostarse de medio lado, debe acostarse en la forma que tiene el polluelo
dentro de un cascarón, dentro de un huevo; debemos imaginarnos que nos
encontramos contenidos dentro de ese huevo, en estos
instantes debe uno invocar al Dios HARPÓCRATES, pronunciando el siguiente Mantram:
HAR-PO-CRAT-IST. Al principio el estudiante sólo conseguirá
transportarse en cuerpo astral. Más tarde el estudiante ya podrá transportarse
con su cuerpo físico en estado de Jinas. Las fuerzas Harpocratianas, que bullen
y palpitan en todo el Universo. Las fuerzas de HAR-PO-CRAT-IST, son una
variante de las fuerzas Crísticas. Con estas prácticas de HAR-PO-CRAT-IST,
el discípulo va acumulando esas energías Crísticas, que más tarde le permitirán
realizar verdaderas maravillas y prodigios. El mismo hombre se
formó del huevo, vino del huevo. Sí, el óvulo materno es un verdadero huevo, y
el huevo es fecundado por el zoospermo (esto lo saben todos los Biólogos).
Bien, ahora observad las plantas: La semilla es un verdadero huevo y de esa
semilla sale la planta. Las aves salen del huevo, todo lo que existe ha salido
del huevo. Meditando en el
Huevo, podemos aprender a interpretar la Creación entera. Harpócrates sabe
manejar esas fuerzas, contenidas en el Huevo; tenedlo por devoción cada noche… -Horus es el niño de
Oro de la Alquimia, llamado también Harpócrates.
[3] ¿Por qué la última Verdad-Prajna que el Budhismo
Zen quiere indicar que es tan indefinible, abstracta e inasible? Definir
significa realmente poner límites intelectivos a, o declarar el sentido de una
cosa determinada. Asir, en sentido empleado aquí, significa comprender algo y
retenerlo en la memoria. Como el mismo acto de definir consiste obviamente en
encerrar a algo dentro de un cierto límite, no puede necesariamente no ser
finito, angosto y restrictivo en su naturaleza; así mismo, como Comprender
significa asir algo mentalmente, pero no todo, ha de ser igualmente limitativo
y exclusivo. La última VERDAD-PRAJNA que la escuela Zen quiere indicar no puede
ser en ningún modo algo angosto, finito o exclusivo; debe ser algo vasto,
universal e infinito, algo que todo lo incluye y alcanza, algo más allá de la
definición y de la designación. La misma palabra “definir” sugiere
ostensiblemente un dedo humano que señala a un objeto determinado, y la palabra
“Asir” una mano que retiene algo y no suelta. Dada esta lamentable limitación y
este aferramiento, profundamente ahincado en el racionalismo del animal
intelectual equivocadamente llamado hombre, no es en modo alguno sorprendente
que la libre y omni-incluyente verdad-Prajna se torne realmente en algo evasivo
que siempre está eludiendo misteriosamente a todo pensador. Iluminación. Esta
palabra grandiosa en esencia y en potencia, se usa en este capítulo para
indicar enfáticamente la experiencia mística trascendental que consiste en
experimentar el Tao, la Verdad Zen, lo Real. No es suficiente comprender algo,
necesitamos captar, aprehender, capturar, su íntima significación. (El Misterio
del Áureo Florecer, Cap. 28).
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